el testamento de ruben

Testamento de Rubén

Los nacidos en el primer hijo de Jacob y Lea.
CHAP. I.

Rubén, el hijo primogénito de Jacob y Lea. El hombre de la experiencia
aconseja contra la fornicación, y señala las formas en pulgadas que
los hombres son más propensos a caer en el error.

La copia del Testamento de Rubén, aunque las órdenes que dio a sus
hijos antes de morir en los ciento veinticinco años de su vida.

2 Dos años después de la muerte de José, su hermano, cuando Rubén cayó
enfermo, sus hijos y los hijos de sus hijos se reunieron para
visitarlo.

3 Y él les dijo: Hijos míos, he aquí que yo estoy muriendo, y seguir
el camino de mis padres.

4 Y viendo que Judá, y Gad y Aser, sus hermanos, les dijo: Raise Me Up
que puedo decirle a mis hermanos ya mis hijos las cosas que he
escondido en mi corazón, porque

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he aquí ahora por fin estoy pasando.

5 Y él se levantó y los besó y les dijo: Oíd, hermanos míos, y
vosotros mis hijos, presta oído a Rubén, su padre, en los comandos que
os doy.

6 Y he aquí que yo llamo por testigos contra ustedes este día el Dios
de los cielos, para que vosotros no andar en los pecados de la
juventud y la fornicación, en donde me fue derramada, y profanó el
lecho de mi padre Jacob.

7 Y les digo que me hirió con una llaga peste en mis entrañas durante
siete meses, y no había mi padre Jamba oró por mí al Señor, el Señor
me hubiera destruido.

8 Porque yo tenía treinta años cuando he trabajado lo malo delante del
Señor, y durante siete meses que estuve enfermo de muerte.

9 Y después me arrepentí con el propósito conjunto de mi alma desde
hace siete años ante el Señor.

10 Y beber vino y fuerte que no bebía, y la carne no entró en mi boca,
y me comí ningún alimento agradable, pero que supo de mi pecado,
porque era grande, como no había estado en Israel.

11 Ahora escúchame, mis hijos, qué cosas me vio acerca de los siete
espíritus de engaño, cuando me arrepentí.

12 Siete espíritus por lo tanto son nombrados en contra del hombre, y
ellos son los líderes en las obras de la juventud.

13 Y otros siete espíritus se dan a él en su creación, que a través de
ellos se debe hacer cada trabajo del hombre.

14 El primero es el espíritu de la vida, con el que se crea la
constitución del hombre.

15 El segundo es el sentido de la vista, con la que deseo Resplandeció.

16 El tercero es el sentido del oído, con el que la enseñanza viene.

17 El cuarto es el sentido del olfato, con la que los gustos se dan
para extraer el aire y la respiración.

18 El quinto es el poder de la palabra, con la que el conocimiento viene.

19 El sexto es el sentido del gusto, con la que viene el consumo de
carnes y bebidas, y por la fuerza que se produce, en los alimentos es
la base. de la fuerza.

20 El séptimo es el poder de la procreación y las relaciones sexuales,
con el que a través del amor de los pecados placer entrar en pulgadas

21 Por tanto, es el último en orden de la creación, y el primero en el
de la juventud, ya que está lleno de ignorancia, y conduce a la
juventud como un ciego a un pozo, y como una bestia a un precipicio.

22 Además de todo esto hay un espíritu de sesiones de sueño, con la
que se produce el trance de la naturaleza y el de la muerte.

23 Con estos espíritus se mezclan los espíritus de error.

24 En primer lugar, el espíritu de fornicación está sentado en la
naturaleza y en los sentidos;

25 El segundo, el espíritu de insatiableness en el vientre;

26 El tercero, el espíritu de lucha, en el hígado y la vesícula.

27 El cuarto es el espíritu de servilismo y artimañas, que a través de
la atención oficiosa se puede ser justo en aparente.

28 El quinto es el espíritu de orgullo, que uno puede ser jactancioso
y arrogante.

29 El sexto es el espíritu de la mentira, en la perdición y los celos
a la práctica engaños y ocultamientos de parientes y amigos.

30 El séptimo es el espíritu de la injusticia, con la que se los robos
y los actos de rapacidad, que un hombre puede satisfacer el deseo de
su corazón, porque la injusticia obra junto con los otros espíritus
por la toma de regalos.

31 Y con todos estos se une el espíritu del sueño que es la de error y
la fantasía.

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32 Y así perece todo joven, oscureciendo su mente de la verdad, y no
comprender la ley de Dios, ni obedecer las advertencias de sus padres,
como me ocurrió a mí también en mi juventud.

33 Y ahora, mis hijos, el amor a la verdad, y te guardará: oíd las
palabras de Rubén, su padre.

34 No hagas caso a la cara de una mujer,

35 Tampoco asociado con la esposa de otro hombre,

36 Tampoco entrometerse en asuntos de sexo femenino.

37 Porque si no hubiera visto Bilha baño en un lugar cubierto, yo no
había caído en esta gran iniquidad.

38 Porque mi mente teniendo en el pensamiento de la desnudez de la
mujer, sufrió a mí, no a dormir hasta que yo había hecho lo
abominable.

39 Porque, mientras nuestro padre Jacob había ido a Isaac su padre,
cuando estábamos en Eder, cerca de Belén Efrata, Bilha se emborrachó y
fue descubierto durmiendo en su habitación.

40 Después de haber pasado por tanto y visto su desnudez, he trabajado
la impiedad sin que ella lo percibe, y dejando a su partido para
dormir.

41 Y de inmediato un ángel de Dios le reveló a mi padre sobre mi
impiedad, y llegó él y lloró sobre mí, y le tocó no más.

CHAP. II.

Rubén sigue con su experiencia y su buen consejo.

No hagas caso, por lo tanto, mis hijos, a la belleza de la mujer, ni
poner su mente - en sus asuntos, pero camina con sencillez de corazón
en el temor del Señor, y gastar el trabajo en obras buenas, y en el
estudio y en tus ovejas, hasta que el Señor le dará una esposa, a
quien Él quiere, para que no sufran como yo.

2 A hasta la muerte de mi padre que no tuvieron la osadía de mirar a
la cara, o para hablar con cualquiera de mis hermanos, a causa de la
afrenta.

3 Aunque hasta ahora mi conciencia me hacía que angustia a causa de mi
impiedad.

4 Y sin embargo, mi padre me consoló mucho, y oró por mí al Señor, que
la ira del Señor puede pasar de mí, así como el Señor le mostró.

5 Y desde entonces hasta ahora he estado en guardia y no pecó.

6 Por tanto, mis hijos, yo digo que guarden todas las cosas que yo os
mando, y no seréis pecado.

7 Para un pozo hasta el alma es el pecado de la fornicación, que lo
separa de Dios, y llevarlo cerca de los ídolos, porque engaña a la
mente y el entendimiento, y las conduce hasta los hombres jóvenes a
los infiernos antes de tiempo.

8 Para muchos fornicación ha destruido, porque, aunque cada uno sea
viejo o noble o rico o pobre, él hace reproches a sí mismo con los
hijos de los hombres y la burla con Beliar.

9 Porque ya habéis oído con respecto a José cómo él mismo vigilado por
una mujer, y purgado de todos sus pensamientos fornicación, y halló
gracia ante los ojos de Dios y los hombres.

10 Para la mujer egipcia hizo muchas cosas a él, y llamó a los magos,
y le ofreció el amor pociones, pero el propósito de su alma no admitía
malos deseos.

11 Por tanto, el Dios de vuestros padres lo libró de cada muerte y el
mal oculto.

12 Porque si la fornicación no supera su mente, ni Beliar puede superar.

13 Porque el mal son las mujeres, mis hijos, y ya que tienen

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ningún poder o fuerza sobre el hombre, utilizan artimañas por las
atracciones hacia el exterior, para que lo atrae a sí mismos.

14 Y los que no se puede hechizar por las atracciones hacia el
exterior, lo que superar por el arte.

15 Por otra parte, respecto a ellos, el ángel del Señor me dijo, y me
enseñó, que las mujeres son superados por el espíritu de fornicación
más que los hombres, y en su corazón que trama contra los hombres, y
por medio de sus adornos engañan primero sus mentes, y por la mirada
del ojo inculcar el veneno, y luego a través del acto realizado toman
cautivos.

16 Para una mujer no puede obligar a un hombre abiertamente, pero que
lleva una prostituta que le seduce.

17 Huye, por lo tanto, la fornicación, mis hijos, y el mando a sus
esposas y sus hijas, que no adornan sus cabezas y rostros de engañar a
la mente: por cada mujer que adornará estas artimañas baño sido
reservados para el castigo eterno.

18 Por tanto, que seduce a los Vigilantes Uno que antes del diluvio,
porque ya que estos continuamente los vieron, se desearon, y que
concibe el acto en su mente, porque se ha cambiado en la forma de los
hombres, y se les apareció cuando estaban con sus maridos.

19 Y las mujeres lujuria en sus mentes después de sus formas, dio a
luz a los gigantes, de los Vigilantes se les apareció como llegar al
cielo.

20 Tenga cuidado, por lo tanto, de fornicación, y si quieres que te
puro en la mente, guardará vuestros sentidos de cada mujer.

21 Y mando a las mujeres tampoco a asociarse con los hombres, que
también puede ser puro en la mente.

22 Para las reuniones constantes, a pesar de los malos hechos que no
forjado, son para una enfermedad irremediable, y para nosotros la
destrucción de Beliar y un reproche eterno.

23 Porque en la fornicación no hay ni la comprensión ni la piedad, y
todos los celos mora en los deseos de los mismos.

24 Por tanto, a continuación, os digo, os va a estar celoso contra los
hijos de Leví, y tratará de ser exaltado por encima de ellos, pero no
seréis capaces.

25 Porque Dios les hará justicia, y moriréis por una mala muerte. Para
que Dios le dio a Levi la soberanía y de Judá con él y también a mí, y
con Dan y José, que debe ser para los gobernantes.

26 Por tanto yo te mando el prestar atención a Levi, porque se conoce
la ley del Señor, y dará las ordenanzas para el juicio y se sacrifican
por todo Israel, hasta la consumación de los tiempos, como el ungido
Sumo Sacerdote, de los cuales habló el Señor .

27 Os conjuro por el Dios del cielo para hacer verdad cada uno a su
prójimo y el amor para entretener a cada uno a su hermano.

28 Y vosotros dibujar cerca de Levi en humildad, de corazón, para que
podáis recibir una bendición de su boca.

29 Porque él bendecirá Israel y de Judá, porque él ha elegido el Señor
será rey sobre toda la nación.

30 Y se inclinan ante su descendencia, porque en nuestro nombre se va
a morir en las guerras visibles e invisibles, y será en medio de ti un
rey eterno.

31 Y murió Rubén, de haber dado estas órdenes a sus hijos. Y ellos le
han colocado en un ataúd hasta que lo llevaron de Egipto, y lo
sepultaron en Hebrón, en la cueva donde su padre fue.