El Segundo Libro de ’Âthâ´m y Xauwâ´h
Capítulo 1La familia lamenta: Qáyin toma a Luluwa y se mudan.
1. Cuando Luluwa oyó las palabras de Qáyin, ella lloró y se fue
a llamar a su padre y madre, y les contó cómo fue que Qáyin había
matado a su hermano Jével.
2. Entonces ellos todos lamentaron y levantaron sus voces, y
pegaban sus caras, y tiraron polvo sobre sus cabezas, y rasgaban sus
ropas, y salieron y vinieron al lugar adonde Jével fue asesinado.
3. Y ellos le encontraron acostado sobre la tierra, muerto, y
bestias alrededor de él, mientras ellos lloraron y clamaron por este
justo. Desde su cuerpo, por motivo de su pureza, salía el olor de
especies dulces.
4. Y 'Âthâ´m le llevó, sus lágrimas corriendo por su cara; y se
fue a la Cueva de Tesoros, donde él le acostó, y le arropó con
especies dulces y mirra.
5. Y 'Âthâ´m y Xauwâ´h continuaron al lado de su entierro en
gran luto ciento cuarenta días. Jével tenía quince años y medio de
edad, y Qáyin diecisiete años y medio.
6. Acerca de Qáyin, cuando el luto por su hermano se había
acabado, él tomó su hermana Luluwa y vino a ella, sin permiso de su
padre y madre; porque ellos no podían protegerle a ella de él, por
motivo de su corazón pesado.
7. Él entonces bajó a la base de la montaña, lejos del jardín,
cerca al lugar adonde él había matado a su hermano.
8. Y en ese lugar había muchos árboles de frutas y árboles de
bosque. Su hermana le parió hijos, quienes en su turno comenzaron
multiplicarse por grados hasta que ellos llenaron ese lugar.
9. Pero acerca de 'Âthâ´m y Xauwâ´h, ellos no se vinieron juntos
luego del funeral de Jével, por siete años. Pero luego de esto,
Xauwâ´h concibió; y cuando ella estaba embarazada, 'Âthâ´m le dijo a
ella,
"Ven, tomemos una ofrenda y ofrezcámoslo a Iâjuéh, y pidámosLe a Él
que nos dé un niño lindo, en quién nosotros pudiésemos hallar
conforte, y quien pudiésemos unir en matrimonio a la hermana de
Jével."
10. Entonces ellos prepararon una ofrenda y lo trajeron al altar, y
la ofrecieron ante Iâjuéh, y comenzaron a rogarLe a Él que acepte su
ofrenda, y que les dé una buena descendencia.
11. Y Iâjuéh oyó 'Âthâ´m y aceptó su ofrenda. Entonces ellos
adoraron, 'Âthâ´m, Xauwâ´h, y su hija, y bajaron a la Cueva de Tesoros
y pusieron una lámpara en ella, que queme de noche y de día, ante el
cuerpo de Jével.
12. Entonces 'Âthâ´m y Xauwâ´h siguieron ayunando y orando hasta que
vino el momento de Xauwâ´h que ella debiese dar luz, cuando ella dijo
a 'Âthâ´m,
"Yo deseo ir a la cueva en la roca, para parir en ella."
13. Y él dijo,
"Anda, y toma contigo tu hija que te atienda; pero yo me quedaré en
esta Cueva de Tesoros ante el cuerpo de mi hijo Jével."
14. Entonces Xauwâ´h hizo caso a 'Âthâ´m, y se fue, ella y su hija.
Pero 'Âthâ´m se quedó solo en la Cueva de Tesoros.
Capítulo 2
Un tercer hijo nace a 'Âthâ´m y Xauwâ´h.
1. Y Xauwâ´h produjo un hijo que era perfectamente hermoso en
figura y de cara. Su belleza era como la de su padre 'Âthâ´m, pero
aún más lindo.
2. Entonces Xauwâ´h fue confortado cuando ella le vio, y quedó
ocho días en la cueva, entonces ella envió su hija a 'Âthâ´m para
decirle que venga y vea al niño y que le nombre a él. Pero la hija
quedó en su lugar al lado del cuerpo de su hermano, hasta que regresó
'Âthâ´m. Así hizo ella.
3. Pero cuando vino 'Âthâ´m y vio la apariencia linda del niño,
su hermosura, su figura perfecta, él se regocijó por él, y fue
confortado por Jével. Entonces él nombró el niño Shëth, lo cual
significa, "Que el Poderoso ha oído mi oración, y me ha liberado de mi
aflicción." Pero también significa "poder y fuerza."
4. Entonces luego que 'Âthâ´m había nombrado al niño, él regresó
a la Cueva de Tesoros; y su hija regresó devuelta a su madre.
5. Pero Xauwâ´h continuó en la cueva, hasta que se cumplieron
cuarenta días, cuando ella vino a 'Âthâ´m, y ella trajo con ella al
niño y su hija.
6. Y ellos vinieron al río de agua, adonde 'Âthâ´m y su hija se
lavaron, debido a su tristeza por Jével; pero Xauwâ´h y el bebé se
lavaron para purificación.
7. Entonces ellos regresaron, y tomaron una ofrenda, y subieron
a la montaña y la ofrecieron, por el bebé, y Iâjuéh aceptó su ofrenda,
y envió Su bendición sobre ellos, y sobre su hijo Shëth; y ellos
regresaron a la Cueva de Tesoros.
8. Acerca de 'Âthâ´m, él no conoció otra vez a su mujer Xauwâ´h,
todos los días de su vida, ni tampoco nació de ellos ninguno más, sino
solo esos cinco, Qáyin, Luluwa, Jével, Aklia, y Shëth solamente.
9. Y Shëth creció en estatura y en fuerza, y comenzó a ayunar y
orar, fervientemente.
Capítulo 3
Sâţâ´n aparece como una mujer hermosa tentándole a 'Âthâ´m, diciéndole
que él es todavía un joven. "Pasa tu juventud en alegría y placer."
(12) Las formas distintas que toma Sâţâ´n (15).
1. Acerca de nuestro padre 'Âthâ´m, al final de siete años del
día que él se había separado de su mujer Xauwâ´h, Sâţâ´n le envidió,
cuando él le vio así separado de ella; y peleó para hacerle vivir con
ella otra vez.
2. Entonces se levantó 'Âthâ´m y subió arriba de la Cueva de
Tesoros; y continuó durmiendo ahí noche tras noche. Pero tan pronto
que era luz cada día, él bajaba a la cueva, para orar ahí y para
recibir una bendición de ella.
3. Pero cuando era anochecer él subía al techo de la cueva,
adonde él dormía solo, por temor que le venciese Sâţâ´n. Y él siguió
así aparte treinta y nueve días.
4. Entonces Sâţâ´n, el que odia todo el bien, cuando él vio a
'Âthâ´m así solo, ayunando y orando, le apareció a él en la forma de
una mujer hermosa, quien vino y se paró ante él en la noche del día
cuarenta, y le dijo a él:
5. "O 'Âthâ´m, desde el momento que ustedes han habitado en esta
cueva, nosotros hemos experimentado gran paz de ti, y tus oraciones
nos ha llegado, y hemos sido confortados acerca de ti.
6. "Pero ahora, O 'Âthâ´m, que tú te has trepado sobre el techo
de la cueva para dormir, nosotros hemos tenido nuestras dudas acerca
de ti, y gran tristeza nos ha venido encima de nosotros por causa de
tu separación de Xauwâ´h. Entonces otra vez, cuando tú estás sobre el
techo de esta cueva, tu oración se derrama, pero tu corazón vacila de
lado a lado.
7. Pero cuando tú estabas en la cueva tu oración era como fuego
concentrado; bajaba a nosotros, y tú encontraste descanso.
8. Entonces yo también me afligí por tus hijos que están
separados de ti; y mi tristeza es grande acerca del asesinato de tu
hijo Jével, porque él fue justo, y por un hombre justo todos se
afligirán.
9. Y yo me regocijé sobre el nacimiento de tu hijo Shëth; pero
luego de un ratito yo me entristecí grandemente sobre Xauwâ´h, porque
ella es mi hermana. Porque cuando 'Elohíym envió un profundo sueño
sobre ti, y la sacó fuera de tu lado, Él también me sacó a mí afuera
con ella. Pero Él la exaltó a ella poniéndola a ella contigo,
mientras Él me rebajó a mí.
10. Yo me regocijé sobre mi hermana por ella estar contigo, pero
'Elohíym me había hecho una promesa anteriormente, y me dijo, 'No te
aflijas; cuando 'Âthâ´m haya subido sobre el techo de la Cueva de
Tesoros, y sea separado de Xauwâ´h su mujer, Yo te enviaré a ti a él,
tú te unirás a ti misma a él en matrimonio, y le tendrás a él cinco
hijos, como Xauwâ´h le tuvo cinco.'
11. ¡Y ahora mira! La promesa de 'Elohíym para mí se ha cumplido;
porque es Él Quien me ha enviado a ti para las bodas, porque si tú me
tomas, yo te tendré niños más finos y mejores que esos de Xauwâ´h.
12. Entonces otra vez, tú eres todavía aún un joven, no acabes tu
juventud en este mundo en tristeza, sino pasa tus días de tu juventud
en alegría y placer. Porque tus días son pocos y tus pruebas son
muchos. Sé fuerte, termina tus días en este mundo en regocijo. Yo
tomaré placer en ti, y tú te regocijarás conmigo en este asunto, y sin
temor.
13. Levántate, ahora, y cumple la orden de tu 'Elohíym,"
Ella entonces se acercó a 'Âthâ´m, y le abrazó.
14. Pero cuando vio 'Âthâ´m que ella le debiese vencer, él oró a
Iâjuéh con un corazón ferviente que le libere de ella.
15. Entonces Iâjuéh envió Su Palabra a 'Âthâ´m, diciendo,
"O 'Âthâ´m, esa figura es la que te prometió la Persona del Poderoso,
y majestad; Él no está dispuesto favorablemente hacia ti, sino que se
muestra si mismo a ti en un momento en la forma de una mujer, en otro
momento en la semejanza de un enviado, en otras ocasiones en la
similitud de una serpiente, y en otra ocasión, en la similitud de un
'elohíym; Pero él hace todo eso solamente para destruir tu alma.
16. Ahora, por lo tanto, O 'Âthâ´m, entendiendo tu corazón, Yo te
he liberado muchas veces de sus manos; para demostrarte que Yo soy un
'Elohíym misericordioso, y que Yo deseo tu bien, y que Yo no deseo tu
ruina."
Capítulo 4
'Âthâ´m ve al Adversario en sus colores verdaderos.
1. Entonces Iâjuéh ordenó a Sâţâ´n que se muestre si mismo a
'Âthâ´m claramente, en su propia forma horrenda.
2. Pero cuando 'Âthâ´m le vio, él temió, y tembló al verle a él.
3. Y Iâjuéh le dijo a 'Âthâ´m,
"Mira a este shëd, y a su vista horrenda, y sepas que él es quién te
hizo caer de la iluminación a la oscuridad, de la paz y descanso a
trabajo y miseria.
4. ¡Y mirale, O 'Âthâ´m, a él, quien dijo de si mismo que él es
'Elohíym! ¿Puede Iâjuéh ser negro? ¿Tomaría Iâjuéh la forma de una
mujer? ¿Existe alguno más fuerte que Iâjuéh? ¿Y puede Él ser
vencido?
5. ¡Ve, entonces, O 'Âthâ´m, y mírale atado en tu presencia, en
el aire, incapaz de huirse! Por eso, Yo te digo a ti, no le tengas
miedo; desde ahora en adelante ten cuidado, y vélate de él, en
cualquier cosa que él te haría."
6. Entonces Iâjuéh le echó a Sâţâ´n de delante de 'Âthâ´m, a
quien Él fortaleció, y cuyo corazón Él confortó, diciéndole a él,
"Vete abajo a la Cueva de Tesoros, y no te separes a ti mismo de
Xauwâ´h; Yo apagaré todo el deseo animal en ti."
7. Desde esa hora les dijo a 'Âthâ´m y Xauwâ´h, y ellos
disfrutaron descanso por el mandamiento de 'Elohíym. Pero Iâjuéh no
hizo algo semejante a ninguno de la semilla de 'Âthâ´m, sino solo a
'Âthâ´m y Xauwâ´h.
8. Entonces 'Âthâ´m adoró ante Iâjuéh, por haberle liberado, y
por haberle detenido sus pasiones. Y él vino abajó de encima de la
cueva, y habitó con Xauwâ´h como anteriormente.
9. Esto terminó los cuatro días de su separación de Xauwâ´h.
Capítulo 5
Sâţâ´n pinta un cuadro brillante para que Shëth lo considere.
1. Acerca de Shëth, cuando él tenía siete años, él reconocía el
bien y el mal, y era consistente ayunando y orando, y pasó todas sus
noches rogándoLe a Iâjuéh por misericordia y perdón.
2. Él también ayunó cuando traía su ofrenda cada día, más que lo
que hizo su padre, porque él era de una mirada linda, parecido a un
enviado de Iâjuéh. Él también tenía un buen corazón, preservaba las
cualidades mejores de si mismo, y por esta razón él traía su ofrenda
cada día.
3. Y Iâjuéh estaba agradado con su ofrenda, pero Él estaba
también agradado con su pureza. Y él continuaba así haciendo la
voluntad de Iâjuéh, y de su padre y madre, hasta que él tenía siete
años.
4. Después de eso, mientras él bajaba desde el altar, cuando
había terminado su ofrenda, Sâţâ´n le apareció a él en la forma de un
enviado hermoso, brillante con luz, con una vara de luz en su mano,
habiéndose ceñido con un cinto de luz.
5. Él le saludó a Shëth con una sonrisa hermosa, y comenzó a
engañarle con palabras bonitas, diciéndole a él,
"O Shëth, ¿Porqué te quedas en esta montaña? Porque es difícil, lleno
de rocas y de arena, y de árboles sin ninguna buena fruta, una
desolación sin casas y sin pueblos, ningún buen lugar para habitar. Y
todo es calor, cansancio, y problemas."
6. Él dijo además,
"Pero nosotros habitamos en lugares hermosos, en otro mundo que esta
tierra. Nuestro mundo es uno de luz y nuestra condición es de lo
mejor; nuestras mujeres son más deseables que cualquiera de las otras,
y yo deseo que tú, O Shëth, te tomes para ti una de ellas, porque yo
veo que tú eres lindo para la vista, y en esta tierra no existe ni una
mujer suficientemente buena para ti. Además, todos los que viven en
este mundo son solamente cinco almas.
7. Pero en nuestro mundo, existe muchísimos hombres y muchas
muchachas, cada uno más linda que la otra. Yo desearía, por eso,
quitarte de aquí, para que tú puedas ver mis familiares y ser casado
con la cual te guste.
8. Tú entonces habitarás al lado mío y estarás en paz; tú serás
llenado con esplendor y luz, como nosotros estamos.
9. Tú te quedarás en nuestro mundo, y descansarás de este mundo
y su miseria, tú nunca más te sentirás debilitado y cansado, tú nunca
mas traerás una ofrenda, ni peticionar misericordia, porque tú no
cometerás más pecados ni serás desviado por pasiones.
10. Y si tú me hicieses caso a lo que yo te digo, tú tomarás para
ti una de mis hijas, porque con nosotros no es pecado hacer eso, ni se
considera lujuria de animal.
11. Porque en nuestro mundo nosotros no tenemos ningún 'Elohíym,
sino que nosotros todos somos 'elohíym; Nosotros todos somos de la
luz, celestiales, poderosos, fuertes, y honorables."
Capítulo 6
La conciencia de Shëth le ayuda. Él regresa a 'Âthâ´m y Xauwâ´h.
1. Cuando Shëth oyó estas palabras él estaba asombrado, y
inclinó su corazón a los dichos traicioneros de Sâţâ´n, y le dijo a
él,
"¿Dijiste que hay otro mundo creado además de este, y otras criaturas
más hermosas que las criaturas que están en este mundo?"
2. Y Sâţâ´n dijo,
"Sí; mira, tú me has oído; pero yo aún les honraré a ellos y sus
caminos en tu audiencia."
3. Pero Shëth le dijo a él,
"Tus palabras me han asombrado, y tu descripción bonita de todo eso."
4. Pero yo no puedo ir contigo hoy día, no hasta que yo me haya
ido a mi padre 'Âthâ´m y a mi madre Xauwâ´h, y haya contado a ellos
todo lo que tú me has dicho a mí. Entonces si ellos me dan permiso de
ir contigo, yo iría."
5. Otra vez Shëth dijo,
"Yo tengo miedo de hacer cualquier cosa sin el permiso de mi padre y
madre, por si yo pereciera como mi hermano Qáyin, y como mi padre
'Âthâ´m, quien trasgredió el mandamiento de Iâjuéh. Pero, mira, tú
conoces este lugar; ven, y encuéntrame aquí mañana."
6. Cuando Sâţâ´n oyó esto, él le dijo a Shëth,
"Si tú le cuentas a tu padre 'Âthâ´m lo que yo te he contado, él no te
permitirá venir conmigo.
7. Pero hazme caso; no le cuentes a tu padre y madre lo que yo
te he dicho, sino ven conmigo hoy día, a nuestro mundo, donde tú verás
cosas hermosas y te divertirás ahí, y juega este día entre mis niños,
mirándoles y llenándote de alegría, y regocíjate para siempre.
Entonces yo te traeré a ti devuelta a este lugar mañana; pero si tú
prefirieses vivir conmigo, así sería."
8. Entonces Shëth contestó,
"El espíritu de mi padre y de mi madre, depende de mí; y si yo me
escondiese de ellos un solo día, ellos se morirán, y 'Elohíym me
sostendrá culpable de pecar en contra de ellos.
9. Y excepto que ellos saben que yo he venido a este lugar para
traer a ello mi ofrenda, ellos no se separarían de mí por una sola
hora; ni debería yo ir a cualquier otro lugar, amenos que ellos me
dejen. Pero ellos me tratan a mí lo más amablemente, porque yo
regreso devuelta a ellos rápidamente."
10. Entonces Sâţâ´n le dijo a él,
"¿Qué te sucedería a ti si tú te escondieras de ellos una noche, y
regresarías a ellos al amanecer?"
11. Pero Shëth, cuando él vio cómo él seguía hablando, y que él no
le quería dejar, corrió, y subió al altar, y extendió sus manos hacia
Iâjuéh, y buscó liberación de Él.
12. Entonces Iâjuéh envió Su Palabra, y maldijo a Sâţâ´n, quien huyó de Él.
13. Pero acerca de Shëth, él había subido al altar, diciéndose así
en su corazón.
"El altar es el lugar de ofrenda, y Iâjuéh está ahí; un fuego
supernatural lo consumirá, así Sâţâ´n será incapaz de herirme, y no me
quitará para allá."
14. Entonces Shëth bajó del altar y se fue a su padre y madre,
quienes él encontró en el camino, anhelando oír su voz, porque él
había tardado un rato.
15. Él entonces comenzó a contarles lo que le había acontecido por
Sâţâ´n, bajo la forma de un enviado.
16. Pero cuando 'Âthâ´m oyó su historia, él besó su cara, y le
advirtió en contra de ese enviado, diciéndole que fue Sâţâ´n quien
apareció así a él. Entonces 'Âthâ´m tomó a Shëth, y ellos se fueron a
la Cueva de Tesoros, y se regocijaron ahí dentro.
17. Pero desde ese día en adelante 'Âthâ´m y Xauwâ´h nunca se
separaban de él, a cualquier lugar que él fuese, ni por su ofrenda o
por alguna otro motivo.
18. Esta señal le sucedió a Shëth, cuando él tenía nueve años de edad.
Capítulo 7
Shëth se casa con Aklia. 'Âthâ´m vive a ver nietos y bisnietos.
1. Cuando nuestro padre 'Âthâ´m vio que Shëth era de un corazón
maduro, él deseó que él se case, por si apareciese el enemigo a él
otra vez, y le venza.
2. Así que 'Âthâ´m dijo a su hijo Shëth,
"Yo deseo, O mi hijo, que tú tomes a tu hermana Aklia, la hermana de
Jével, para que ella te tenga hijos, quienes repletarán la tierra,
según la promesa de Iâjuéh a nosotros.
3. No temas, O mi hijo; no hay disfavor en ello. Yo deseo que
tú te cases, por temor que el enemigo te venza."
4. Sin embargo Shëth no deseaba casarse, pero en obediencia a su
padre y madre, él no dijo ninguna palabra.
5. Así que 'Âthâ´m le casó a Aklia. Y él tenía quince años.
6. Pero cuando él tenía veinte años, él procreó un hijo, a quién
él llamó 'Enówsh; y entonces procreó otros niños que él,
7. Entonces 'Enówsh se creció, se casó, y procreó a Qëynâ´n.
8. Qëynâ´n también se creció, se casó, y procreó a Majalal'Ë´l.
9. Esos padres nacieron durante la vida de 'Âthâ´m, y habitaron
por la Cueva de Tesoros.
10. Entonces fueron los días de 'Âthâ´m novecientos treinta años, y
los de Majalal'Ë´l cien [tenía 535 años cuando murió 'Âthâ´m]. Pero
Majalal'Ë´l, cuando él había crecido, amaba ayunar, orar, y laboraba
duro, hasta que se acercaba el final de los días de nuestro padre
'Âthâ´m.
Capítulo 8
Las palabras asombrosas últimas de 'Âthâ´m: Él predice el Diluvio. Él
exhorta su descendencia al bien, él revela ciertos misterios de la
vida.
1. Cuando nuestro padre 'Âthâ´m vio que su fin estaba cerca, él
llamó a su hijo Shëth, quien vino a él en la Cueva de Tesoros, y él le
dijo a él:
2. "O Shëth, mi hijo, tráeme tus hijos y tus nietos, para que yo
derrame mi bendición sobre ellos antes de que yo muera."
3. Cuando Shëth oyó estas palabras de su padre 'Âthâ´m, él se
fue de él, derramó una chorro de lagrimas sobre su cara, y juntó sus
hijos y los hijos de sus hijos, y les trajo a su padre 'Âthâ´m.
4. Pero cuando nuestro padre 'Âthâ´m les vio a ellos alrededor
de él, él lloró al tener que ser separado de ellos.
5. Y cuando ellos le vieron a él llorando, ellos todos lloraron
juntos, y cayeron sobre su cara diciendo,
"¿Cómo serás tú removido de nosotros, O nuestro padre? ¿Y cómo te
recibirá la tierra y te esconderá de nuestros ojos?"
Así lamentaron ellos mucho, y en palabras parecidas.
6. Entonces nuestro padre 'Âthâ´m les bendijo a todos ellos, y
le dijo a Shëth, luego de que él les había bendecido:
7. "O Shëth, mi hijo, tú conoces este mundo – que está lleno de
tristeza, y de cansancio, y tú conoces todo lo que nos ha acontecido,
por nuestras pruebas en ello, yo por eso te ordeno en estas palabras:
que guarden la inocencia, que sean puro y justo, y confiando en
Iâjuéh; Y que no se inclinen hacia los discursos de Sâţâ´n, ni a las
apariciones en cual él se mostrará a si mismo a ustedes.
8. Pero guarda los mandamientos que yo te doy a ti este día;
entonces dáselos los mismos a tu hijo 'Enówsh; Y que 'Enówsh se los dé
a su hijo Qëynâ´n; y Qëynâ´n a su hijo Majalal'Ë´l, para que este
mandamiento se quede firme entre todos tus hijos.
9. O Shëth, mi hijo, el momento que esté muerto, lleven mi
cuerpo y embobínalo con mirra, aloe, y casia, y déjenme aquí en esta
Cueva de Tesoros en cual están todos estos símbolos cuales Iâjuéh nos
dio del Jardín.
10. O mi hijo, luego de esto vendrá un diluvio e inundar toda
criatura, y eximir solamente ocho almas.
11. Pero, O mi son, permitan a esos a quienes eximirá de entre tus
hijos en ese momento, quitar mi cuerpo con ellos fuera de esta cueva;
y cuando ellos lo hayan llevado con ellos, que el mayor entre ellos
ordene sus hijos que acuesten mi cuerpo en un barco hasta que la
inundación haya sido apaciguado, y ellos saliesen del barco.
12. Entonces ellos llevarán mi cuerpo y lo acostarán en el medio de
la tierra, poco luego que ellos hayan sido salvados de las aguas del
diluvio.
13. Porque el lugar adonde mi cuerpo será acostado es el medio de
la tierra; Iâjuéh vendrá desde ahí y salvará todos nuestros
familiares. [Tsillówn]
14. Pero ahora, O Shëth, mi hijo, colócate a la cabeza de tu
pueblo, tiéndelos y vigila sobre ellos en el temor de Iâjuéh, y
dirígelos en el buen Camino. Ordénalos que ellos ayunen para Iâjuéh;
y hazles entender que ellos no deben hacerle caso a Sâţâ´n, por si él
les destruyese a ellos.
15. Entonces, otra vez, separa tus hijos y los hijos de tus hijos
de los hijos de Qáyin; nunca les permitas a ellos jamás mezclarse con
esos, ni se acerquen a ellos ni en sus palabras o en sus obras."
16. Entonces 'Âthâ´m permitió su bendición descender sobre Shëth, y
sobre sus hijos, y sobre todos los hijos de sus hijos.
17. Él entonces se viró a su hijo Shëth, y a Xauwâ´h su mujer, y
les dijo a ellos,
"Preserva este oro, este incienso, y esta mirra, que Iâjuéh nos ha
dado como un símbolo; porque en días que están viniendo, un diluvio
inundará la creación entera. Pero aquellos quienes entrarán dentro de
la caja ("arca") llevarán con ellos el oro, el incienso, y la mirra,
juntos con mi cuerpo; y acostarán al oro, el incienso, y la mirra, con
mi cuerpo en el medio de la tierra.
18. Entonces, luego de mucho tiempo, la ciudad en cual se encuentra
el oro, el incienso, y la mirra, con mi cuerpo, será despojada. Pero
cuando será despojada, el oro, el incienso, y la mirra serán cuidados
con el despojo que se guarda, y ninguno de ellos perecerá, hasta que
la Palabra de Iâjuéh, hecho hombre vendrá, cuando reyes los llevarán,
y se lo ofrecerán a Él, oro en simbolismo de Su ser Rey, incienso en
simbolismo de Su ser el 'Elohíym del cielo y la tierra, y la mirra en
simbolismo de Su sufrimiento.
19. Oro también, como un símbolo de Su venciendo Sâţâ´n, y todos
nuestros enemigos; incienso como símbolo de que Él se levantará de los
muertos, y será exaltado arriba de todas las cosas en los cielos y las
cosas en la tierra, y la mirra en símbolo de que Él beberá bilis
amargo, y sentirá los dolores del Sh'ówl por Sâţâ´n.
20. Y ahora, O Shëth, mi hijo, mira, yo te he revelado a ti
secretos escondidos, cuales 'Elohíym me ha revelado a mí. Guarda mi
mandamiento, para ti mismo, y para tu pueblo."
Capítulo 9
La muerte de 'Âthâ´m
1. Cuando 'Âthâ´m había terminado su mandamiento a Shëth, sus
miembros fueron soltados, sus manos y pies perdieron todo poder, su
boca se volvió mudo, y su lengua cesó de hablar enteramente. Él cerró
sus ojos y cedió el espíritu.
2. Pero cuando sus hijos vieron que él estaba muerto, ellos se
tiraron ellos mismos sobre él, hombres y mujeres, viejos y jóvenes,
llorando.
3. La muerte de 'Âthâ´m sucedió al final de novecientos y
treinta años que él vivió sobre la tierra, en el día quince de
Barmudeh, tras la observación de una epacta del sol, a la novena hora.
4. Fue en un 6to día de la semana, el mismo en cual él fue
creado, y en cual él descansó, y la hora en cual él se murió, fue la
misma a la cual él había salido del jardín.
5. Entonces Shëth le envolvió bien a él, y le embalsamó con
muchas especies dulces, de árboles puros y de la Montaña Pura, y él
recostó su cuerpo en el lado oriental del interior de la cueva, el
lado del incienso, y puso enfrente de él un pedestal de lámpara que se
mantenía quemando.
6. Entonces sus hijos se pararon ante él llorando y lamentando
por él la noche entera hasta el amanecer.
7. Entonces Shëth y su hijo 'Enówsh, y Qëynâ´n, el hijo de
'Enówsh, salieron y llevaron buenas ofrendas para presentar ante
Iâjuéh, y ellos vinieron al altar sobre cual 'Âthâ´m había ofrecido
dádivas a 'Elohíym, cuando él solía ofrecer.
8. Pero Xauwâ´h le dijo a ellos,
"Esperen hasta que nosotros hayamos primero pedido a Iâjuéh que acepte
nuestra ofrenda, y que guarde con Él el alma de 'Âthâ´m Su sirviente,
y que lo lleve al descanso."
9. Y ellos todos se pararon y oraron.
Capítulo 10
"'Âthâ´m fue el primero. . ."
1. Y cuando ellos habían terminado su oración, la Palabra de
Iâjuéh vino y les confortó a ellos por su padre 'Âthâ´m.
2. Luego de esto, ellos ofrecieron sus dádivas por ellos mismos
y por su padre.
3. Y cuando ellos habían terminado su ofrenda, la Palabra de
Iâjuéh vino a Shëth, el mayor entre ellos, diciéndole a él,
"O Shëth, Shëth, Shëth";
Tres veces.
"Como Yo estaba con tu padre, así también estaré Yo contigo, hasta el
cumplimiento de la promesa que Yo le hice a él, tu padre, diciendo,
"Yo enviaré Mi Palabra y te salvaré a ti y a tu Semilla."
4. Pero acerca de tu padre 'Âthâ´m, guarden ustedes el
mandamiento que él te dio, y separa tu semilla de la de Qáyin tu
hermano."
5. Y Iâjuéh retiró Su Palabra de Shëth.
6. Entonces Shëth, Xauwâ´h, y sus niños, bajaron de la montaña a
la Cueva de Tesoros.
7. Pero 'Âthâ´m fue el primero [de la línea de la Semilla] cuya
vida murió en la tierra de `Ë´then, en la Cueva de Tesoros; porque
ninguno había muerto anterior a él, excepto su hijo Jével, quien murió
asesinado.
8. Entonces todos los hijos de 'Âthâ´m se levantaron, y lloraron
por su padre 'Âthâ´m, e hicieron ofrendas por él, ciento cuarenta
días.
Capítulo 11
Shëth se vuelve cabeza de los "hijos de Iâjuéh" – la tribu de gente
más feliz y justa que jamás vivió.
1. Luego de la muerte de 'Âthâ´m y de Xauwâ´h, Shëth separó sus
hijos, y los hijos de sus hijos, de los hijos de Qáyin. Qáyin y su
semilla bajaron y habitaron hacia el oeste, debajo del lugar donde él
había matado a su hermano Jével.
2. Pero Shëth y sus hijos, habitaban hacia el norte sobre la
montaña de la Cueva de Tesoros, para estar cerca de su padre 'Âthâ´m.
3. Y Shëth el mayor, alto y bueno, con un alma fina, y de una
mente fuerte, se paraba a la cabeza de su pueblo, y les tendía a ellos
en inocencia, penitencia, y mansedumbre, y no permitió ni uno de ellos
que baje a los hijos de Qáyin.
4. Pero debido a su propia pureza, ellos fueron llamados "Hijos
de Iâjuéh," y ellos estaban con Iâjuéh, en lugar de los ejércitos de
enviados quienes cayeron, porque ellos continuaban en honras a Iâjuéh,
y en cantando canciones a Él, en su cueva - la Cueva de Tesoros.
5. Entonces Shëth se paró ante el cuerpo de su padre 'Âthâ´m, y
de su madre Xauwâ´h, y oró noche y día, y pidió por misericordia para
él mismo y sus hijos, y que cuando él tuviese alguna dificultad
tratando con un niño, que Él le diese consejo.
6. Pero Shëth y sus hijos no les gustaban trabajo terrenal, sino
que se entregaban a cosas celestiales, porque ellos no tenían otro
pensamiento que honras, palabras que honraban, y canciones hacia
Iâjuéh.
7. Por eso oían ellos en todo momento las voces de enviados,
exaltando y honrando a Iâjuéh desde adentro del jardín, o cuando ellos
fueron enviados por Iâjuéh en una tarea, o cuando ellos se subían al
cielo.
8. Porque Shëth y sus hijos, por motivo de su propia pureza,
oían y veían esos enviados. Entonces, otra vez, el jardín no estaba
lejos arriba de ellos, sino solo algunos quince cúbitos espirituales.
9. Ahora un cúbito espiritual corresponde a tres cúbitos de un
hombre, todo junto cuarenta y cinco cúbitos.
10. Shëth y sus hijos habitaban sobre la montaña debajo del jardín;
Ellos no sembraban, ni cosechaban, ellos trabajaban ninguna comida
para el cuerpo, ni si quiera trigo, sino solo ofrendas. Ellos comían
de la fruta y de árboles bien favorecidos que crecían sobre la montaña
adonde ellos vivían.
11. Entonces Shëth a menudo ayunaba cada cuarenta días, como
también hacían sus hijos mayores. Porque la familia de Shëth olía el
olor de los árboles del jardín, cuando el viento soplaba desde ahí.
12. Ellos estaban felices, inocentes, sin temor repentino; No había
celosía, ni acción mala, y ningún odio entre ellos. No había pasión
de animal; De ninguna boca entre ellos salía ni palabras profanas ni
maldición, ni consejo malvado ni fraude. Porque los hijos de 'Âthâ´m
de esa época nunca juraban, pero bajo circunstancias duras, cuando
hombres deben jurar, ellos juraban por la sangre de Jével el justo.
13. Pero ellos obligaban a sus hijos y sus mujeres cada día en la
cueva que ayunen y oren, y que adorasen al 'Elohíym más Alto. Ellos
se bendecían a si mismos por el cuerpo de su padre 'Âthâ´m, y se
ungían a si mismos al lado de él.
14. Y ellos hacían así hasta que se acercaba el final de Shëth.
Capítulo 12
Asuntos de la familia de Shëth: Su muerte. El encabezamiento de
'Enówsh. Cómo siguió la rama exiliada de la familia de 'Âthâ´m.
1. Entonces Shëth, el justo, llamó a su hijo 'Enówsh, y Qëynâ´n,
hijo de 'Enówsh, y Majalal'Ë´l, hijo de Qëynâ´n, y les dijo a ellos:
2. "Como mi final está cerca, yo deseo construir un techo sobre
el altar sobre cual se ofrecen las ofrendas."
3. Ellos le hicieron caso a su mandamiento y salieron todos
ellos, ambos ancianos y jóvenes, y laboraron duro en eso, y
construyeron un techo hermoso sobre el altar.
4. Y el pensamiento de Shëth, en hacer esto, fue que una
bendición debiese venir sobre sus hijos sobre la montaña; y que él
debiese presentar una ofrenda por ellos antes de su muerte.
5. Entonces cuando fue completada la construcción del techo, él
les mandó que hagan ofrendas. Ellos trabajaron diligentemente en
estos, y los trajeron a Shëth su padre quien los tomó y los ofreció
sobre el altar, y oró a Iâjuéh que acepte sus ofrendas, para tener
misericordia sobre las almas de sus hijos, y que les guarde a ellos de
la mano de Sâţâ´n.
6. Y Iâjuéh aceptó su ofrenda, y envió Su bendición sobre él y
sobre sus hijos. Y entonces Iâjuéh hizo una promesa a Shëth,
diciendo,
"Al final de los grandes cuatro días, sobre cual Yo he hecho una
promesa a ti y a tu padre, Yo enviaré Mi Palabra y te salvaré a ti y a
tu Semilla."
7. Entonces Shëth y sus hijos, los hijos de sus hijos, se
reunieron, y bajaron desde el altar, y fueron a la Cueva de Tesoros –
adonde ellos oraron y se bendijeron con el cuerpo de nuestro padre
'Âthâ´m, y se ungieron a sigo mismos con ello.
8. Pero Shëth habitó en la Cueva de Tesoros, unos pocos días, y
entonces agonizó sufrimientos hacia la muerte.
9. Entonces 'Enówsh, su hijo primogénito, le vino a él, con
Qëynâ´n, su hijo, y Majalal'Ë´l, el hijo de Qëynâ´n, y Iéred, el hijo
de Majalal'Ë´l, y Xanówkh, el hijo de Iéred, con sus mujeres e hijos
para recibir una bendición de Shëth.
10. Entonces Shëth oró por ellos, y les bendijo, y les conjuró a
ellos por la sangre de Jével el justo, diciendo,
"Yo les ruego de ustedes mis hijos, que no permitan ni uno de ustedes
bajar de esta montaña dedicada y pura.
11. No hagan ningún compañerismo con los hijos de Qáyin el asesino
y el pecador, quien mató a su hermano, porque ustedes saben, O mis
hijos, que nosotros huimos de él y de todo su pecado con todo nuestro
poder porque él mató a su hermano Jével."
12. Luego de haber dicho esto, Shëth bendijo a 'Enówsh, su hijo
primogénito, y le mandó que acostumbre servir en pureza ante el cuerpo
del cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, todos los días de su vida,
entonces, también, que vaya periódicamente al altar que él Shëth había
construido. Y él le mandó que alimente su pueblo en justicia, en
juicio y pureza todos los días de su vida.
13. Entonces los miembros de Shëth fueron soltados; Sus manos y
pies perdieron todo poder, su boca se volvió mudo e incapaz de hablar,
y él entregó el espíritu y se murió el día después de su año
novecientos veinte; en el día veintisiete del mes Âvíyv; Xanówkh
entonces teniendo veinte años.
14. Entonces ellos envolvieron cuidadosamente al cuerpo de Shëth, y
le embalsamaron con especies dulces, y le recostaron e la Cueva de
Tesoros, al lado derecho del cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, y ellos
lamentaron por él cuarenta días. Ellos ofrecieron dádivas por él,
como ellos habían hecho por nuestro padre 'Âthâ´m.
15. Luego de la muerte de Shëth, 'Enówsh subió a la cabeza de su
pueblo, a quienes él alimentó en justicia, y juicio, como su padre le
había mandado a él.
16. Pero para cuando 'Enówsh tenía ochocientos veinte años, Qáyin
tenía una progenie grande, porque ellos tomaban mujeres
frecuentemente, siendo entregados a lujurias de animal, hasta que la
tierra abajo de la montaña estaba llena de ellos.
Capítulo 13
"Entre los hijos de Qáyin había mucho robo, matanza y pecado."
1. En esos días vivía Lémekh el ciego, quien era de los hijos de
Qáyin. Él tenía un hijo cuyo nombre era Atun [Túwval-Qáyin], y ellos
dos tenían mucho ganado.
2. Pero Lémekh tenía la costumbre de enviarles al pastizal con
un pastor joven, quien les tendía a ellos, y quien cuando volvía a
casa en el anochecer lloraba ante su abuelo, y ante su padre Atun
[Túwval-Qáyin] y su madre Jazina [Tsillâ´h], y les dijo a ellos,
"En cuanto a mí, yo no puedo alimentar ese ganado solo, por si alguno
me robe de algunos de ellos, o me maten por causa de ellos."
Porque entre los hijos de Qáyin, había mucho robo, matanza y pecado.
3. Entonces Lémekh le tuvo pena, y le dijo a él,
"Ciertamente, cuando él está solo, podría ser apoderado por los
hombres de este lugar."
4. Así que se levantó Lémekh, tomó un arco que él había guardado
desde que él era un joven, antes de que él se volviera ciego, y él
tomó flechas grandes, y piedras lisas, y una sonda que él tenía, y se
fue al campo con el pastor joven, y se puso a si mismo detrás del
ganado, mientras el pastor joven velaba el ganado. Así hizo Lémekh
muchos días.
5. Mientras tanto Qáyin, siempre desde cuando Iâjuéh le había
echado, y le había maldecido a él con temblor y terror, no podía ni
asentarse ni hallar reposo en ningún lugar, sino que vagaba de lugar a
lugar.
6. En sus vagancias él vino a las mujeres de Lémekh, y les
preguntó a ellos sobre él. Ellos le dijeron a él,
"Él está en el campo con el ganado."
7. Entonces Qáyin se fue a buscarle a él, y mientras él entraba
al campo, el joven pastor oyó el sonido que él hacía, y el ganado
juntándose de delante de él,
8. Entonces dijo él a Lémekh,
"O mi soberano, ¿es ese una bestia salvaje o un ladrón?"
9. Y Lémekh le dijo a él,
"Hazme entender de qué manera él luce, cuando él se asoma.
10. Entonces Lémekh arqueó su arco, le puso una flecha, y calzó una
piedra en la sonda, y cuando salió Qáyin del campo abierto, el pastor
dijo a Lémekh,
"Dispara, mira, él está viniendo."
11. Entonces Lémekh disparó hacia Qáyin con su flecha y le pegó en
su costado. Y Lémekh le pegó con una piedra de su sonda, la cual cayó
sobre su cara, y le quitó ambos de sus ojos, entonces cayó Qáyin
inmediatamente y se murió.
12. Entonces Lémekh y el pastor joven se acercaron a él, y le
encontraron acostado en el suelo. Y el pastor joven le dijo a él,
"¡Es Qáyin nuestro abuelo, a quien tú has matado, O mi soberano!"
13. Entonces estaba Lémekh triste por eso, y de la amargura de su
arrepentimiento, él pegando con sus manos, y pegó con su palma abierta
la cabeza del joven, quien se cayó como si muerto, pero Lémekh pensó
que fue un truco, así que él tomó una piedra y le pegó, y azotó su
cabeza hasta que él se murió.
Capítulo 14
El tiempo se lleva otra generación de hombres.
1. Cuando tenía 'Enówsh novecientos años, todos los hijos de
Shëth, y de Qëynâ´n, y su primogénito, con sus mujeres y niños, se
juntaron alrededor de él, pidiéndole una bendición de él.
2. Él entonces oró por ellos y les bendijo, y les hizo jurar a
ellos por la sangre de Jével el justo diciéndoles a ellos,
"No permitan a ninguno de vuestros hijos que baje de esta Pura
Montaña, y que ellos no hagan ningún compañerismo con los hijos de
Qáyin el asesino."
3. Entonces 'Enówsh llamó a su hijo Qëynâ´n y le dijo a él,
"Mira, O mi hijo, y pon tu corazón sobre tu pueblo, y establéceles en
justicia, y en inocencia, y párate sirviendo ante el cuerpo de nuestro
padre 'Âthâ´m, todos los días de tu vida."
4. Luego de esto 'Enówsh entró al descanso, envejecido
novecientos ochenta y cinco años, y Qëynâ´n le envolvió, y le recostó
a él en la Cueva de Tesoros a la izquierda de su padre 'Âthâ´m; e hizo
ofrendas por él, tras la costumbre de sus padres.
Capítulo 15
La descendencia de 'Âthâ´m continúan manteniendo la Cueva de Tesoros
como un sepulcro familiar.
1. Luego de la muerte de 'Enówsh, se paró Qëynâ´n a la cabeza de
su pueblo en justicia e inocencia, como su padre le había mandado a
él; él también continuaba sirviendo ante el cuerpo de 'Âthâ´m, dentro
de la Cueva de Tesoros.
2. Entonces cuando él había vivido novecientos diez años, le
vino encima sufrimiento y aflicción. Y cuando él estaba por entrar al
descanso, todos los padres con sus mujeres y niños vinieron a él, y él
les bendijo, y les hizo jurar por la sangre de Jével, el justo,
diciéndoles a ellos,
"No permitan a ninguno de entre ustedes que baje de esta Montaña Pura,
y no hagan compañerismo con los hijos de Qáyin el asesino."
3. Majalal'Ë´l, su hijo primogénito, recibió este mandamiento de
su padre, quien le bendijo a él y se murió.
4. Entonces Majalal'Ë´l le embalsamó a él con especies dulces, y
le recostó en la Cueva de Tesoros, con sus padres; y ellos hicieron
ofrendas por él, tras la costumbre de sus padres.
Capítulo 16
La buena rama de la familia todavía les tiene miedo a los hijos de Qáyin.
1. Entonces Majalal'Ë´l se paró encima de su pueblo, y les
alimentó en justicia e inocencia, y les vigilaba a ellos para observar
que ellos no tuvieran ninguna relación con los hijos de Qáyin.
2. Él también continuaba en la Cueva de Tesoros orando y
sirviendo ante el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, pidiéndole a Iâjuéh
por misericordia sobre él mismo y sobre su pueblo, hasta que él tenía
ochocientos setenta años, cuando él se enfermó.
3. Entonces todos sus hijos se juntaron a él, para verle, y para
pedir por su bendición sobre todos ellos, antes de que se fuese de
este mundo.
4. Entonces Majalal'Ë´l se levantó y se sentó en su cama, sus
lágrimas derramándose de su cara, y él llamó a su hijo mayor Iéred,
quien le vino a él.
5. Él entonces besó su cara, y le dijo a él,
"O Iéred, mi hijo, I te hago jurar por Él quien hizo los cielos y la
tierra, que vigiles a tu pueblo, y que les alimentes en justicia y en
inocencia, y que no permitas que ninguno de ellos baje de esta Montaña
Pura a los hijos de Qáyin, por si él perezca con ellos.
6. Oye, O mi hijo, luego de esto vendrá una gran destrucción
sobre esta tierra por causa de ellos; Iâjuéh estará enojado con el
mundo, y les destruirá a ellos con aguas.
7. Pero Yo también sé que tus hijos no te harán caso a ti, y que
ellos bajarán de esta montaña y tendrán relaciones con los hijos de
Qáyin, y que ellos perecerán con ellos.
8. ¡O mi hijo! Instrúyeles, y supervísales a ellos, para que
ninguna culpa se conecte a ti por causa de ellos."
9. Majalal'Ë´l dijo más aún a su hijo Iéred,
"Cuando yo me muera, embalsa mi cuerpo y recuéstalo en la Cueva de
Tesoros, al lado de los cuerpos de mis padres, entonces párate al lado
de mi cuerpo y ora a Iâjuéh; y cuídales, y cumple tu servicio ante
ellos, hasta que tu entres al descanso tú mismo."
10. Majalal'Ë´l entonces bendijo todos sus hijos, y entonces se
acostó sobre su cama, y entró al descanso como sus padres.
11. Pero cuando vio Iéred que su padre Majalal'Ë´l estaba muerto,
él lloró, y estuvo triste, y abrazó y besó sus manos y sus pies, y así
hicieron todos sus hijos.
12. Y sus hijos le embalsamaron cuidadosamente, y le recostaron al
lado de los cuerpos de sus padres. Entonces ellos se levantaron, y
lamentaron por él cuarenta días.
Capítulo 17
Iéred se vuelve disciplinario. Él se deja llevar a la tierra de Qáyin
adonde él ve muchas vistas atractivas.
Iéred apenas se escapa con corazón limpio.
1. Entonces Iéred guardó el mandamiento de su padre, y subió
como un león sobre su pueblo. Él les alimentó en justicia e
inocencia, y les mandó que hagan nada sin su consejo. Porque él tenía
miedo por ellos, por si ellos se fuesen a los hijos de Qáyin.
2. Por eso él les dio órdenes repetidamente; y continuaba
haciendo así hasta el final del año número cuatrocientos ochenta y
cinco de su vida.
3. Al final de estos años mencionados, le vino a él esta señal.
Mientras Iéred estaba parado como un león ante los cuerpos de sus
padres, orando y advirtiéndoles a su pueblo, Sâţâ´n le envidió, y
trabajó una apariencia hermosa, porque Iéred no permitía a sus hijos
hacer nada sin su consejo.
4. Sâţâ´n entonces le apareció a él con treinta hombres de sus
ejércitos, en la forma de hombres buen mozos, Sâţâ´n mismo siendo el
mayor y el más alto de entre ellos, con una barba fina.
5. Ellos se pararon a la boca de la cueva, y llamaron afuera a
Iéred, de dentro de ella.
6. Él salió a ellos, y les encontró luciendo como hombres finos,
llenos de luz, y de gran belleza. Él maravilló a su hermosura y a sus
apariencias, y se preguntó en sigo mismo si ellos no fuesen hijos de
Qáyin.
7. Él dijo también en su corazón, "Como los hijos de Qáyin no
pueden subir hasta la altura de esta montaña, y ninguno de ellos es
tan buen mozo como estos aparentan ser, y entre estos hombres no hay
ninguno de mi familia, ellos deben de ser extranjeros."
8. Entonces Iéred y ellos intercambiaron un saludo y él dijo al
mayor de entre ellos,
"O mi padre, explícame la maravilla que está en ustedes, y cuéntame
quienes son estos contigo, porque ellos me lucen como hombres
extraños."
9. Entonces el mayor comenzó a llorar, y el resto lloraron con
él, y él dijo a Iéred,
"Yo soy 'Âthâ´m quien 'Elohíym hizo primero; y este es Jével mi hijo,
quien fue matado por su hermano Qáyin, en cuyo corazón Sâţâ´n le puso
que le asesine a él.
10. Entonces éste es mi hijo Shëth, a quien yo pedí de 'Elohíym,
quien me lo dio a mí, para confortarme en lugar de Jével.
11. Entonces este es mi hijo 'Enówsh, hijo de Shëth, y ese otro es
Qëynâ´n, hijo de 'Enówsh, y ese otro es Majalal'Ë´l, hijo de Qëynâ´n,
tu padre."
12. Pero Iéred se quedó maravillando a su apariencia, y de lo que
le dijo el mayor a él.
13. Entonces el mayor le dijo a él,
"No maravilles, O mi hijo; nosotros vivimos en la tierra al norte del
jardín, cual 'Elohíym creó antes del mundo. Él no quiso permitirnos
vivir ahí, sino nos puso dentro del jardín, debajo del cual ustedes
están ahora habitando.
14. Pero luego de que yo transgredí, Él me hizo salir, y yo fui
dejado que habite en esta cueva, problemas grandes y graves me
vinieron encima, y cuando se acercaba mi muerte, yo mandé a mi hijo
Shëth que tiene a su pueblo bien, y este mi mandamiento debía ser
pasado de uno al próximo, hasta el final de las generaciones que
vengan.
15. Pero, O Iéred, mi hijo, nosotros vivimos en regiones hermosas,
mientras ustedes viven aquí en miseria, como este tu padre Majalal'Ë´l
me informó, contándome que un gran diluvio vendrá y inundará la tierra
entera.
16. Por eso, O mi hijo, temiendo por ustedes, yo me levanté y tomé
mis hijos conmigo, y vine hasta aquí para que nosotros te visitemos a
ti y a tus hijos, pero yo te encontré a ti parado en esta cueva
llorando, y tus hijos esparcidos alrededor de esta montaña, en el
calor y en miseria.
17. Pero, O mi hijo, como nosotros fallamos nuestro camino, y
vinimos hasta aquí, nosotros encontramos otros hombres debajo de esta
montaña, que habitan un país hermoso, lleno de árboles y de frutas, y
de toda clase de flora; es como un jardín, así que cuando nosotros les
encontramos nosotros pensábamos que ellos eran ustedes, hasta que tu
padre Majalal'Ë´l me contó que ellos no eran tal cosa.
18. Ahora, por eso, O mi hijo, escucha mi consejo, y baja a ellos,
tú y tus hijos. Ustedes descansarán de todo este sufrimiento en cual
ustedes están. Pero su ustedes no quieren bajar a ellos, entonces
levántate, toma tus hijos, y ven con nosotros a nuestro jardín,
ustedes vivirán en nuestra tierra hermosa, y ustedes descansarán de
todo estos problemas, cuales tú y tus hijos están ahora aguantando."
19. Pero Iéred cuando él oyó este dicho del mayor, maravilló; y se
fue aquí y allá, pero en ese momento él no encontró ninguno de sus
hijos.
20. Entonces él contestó y dijo al mayor,
"¿Porqué se han ustedes escondido hasta hoy día?"
21. Y el mayor contestó,
"Si tu padre no nos hubiera dicho, nosotros no lo hubiésemos sabido."
22. Entonces Iéred creyó que sus palabras eran ciertas.
23. Así que ese mayor le dijo a Iéred,
"¿Porqué te viraste alrededor así y así?" Y él dijo, "Yo estaba
buscando a uno de mis hijos, para contarle acerca de que yo me iba
contigo, y acerca de su bajar a aquellos acerca de cuales tú me has
hablado a mí."
24. Cuando el mayor oyó la intención de Iéred, él le dijo a él,
"Deja en paz ese propósito al presente, y ven con nosotros, tú verás
nuestro país; si la tierra en cual nosotros habitamos te agrada,
nosotros y tú regresaremos aquí y tomaremos tu familia con nosotros.
Pero si nuestro país no te agrada, tú regresarás a tu propio lugar."
25. Y el mayor urgió a Iéred, que venga antes de que alguno de sus
hijos venga a aconsejarle en contra.
26. Iéred, entonces, salió de la cueva y se fue con ellos y entre
ellos. Y ellos le confortaron, hasta que ellos llegaron al tope de la
montaña de los hijos de Qáyin.
27. Entonces dijo el mayor a uno de sus compañeros,
"Nosotros nos hemos olvidado de algo al lado de la boca de la cueva, y
ese es la ropa escogida que nosotros habíamos traído para vestirle a
Iéred con ella."
28. Él entonces le dijo a uno de ellos,
"Regresa, alguno de ustedes; y nosotros te esperaremos aquí, hasta que
tú vuelvas. Entonces le vestiremos a Iéred y él será como nosotros,
bueno, buen mozo, y digno para entrar con nosotros en nuestro país."
29. Entonces ese regresó.
30. Pero cuando él estaba a una distancia corta, el mayor le llamó
y le dijo a él,
"Espera, hasta que yo venga y te hable."
31. Entonces él se quedó quieto, y el mayor se fue a él y le dijo a él,
"Una cosa que nos olvidamos a la cueva es esto – de apagar la lámpara
que quema adentro, arriba de los cuerpos que están adentro. Entonces
regresa a nosotros, rápido."
32. Ese se fue, y el mayor regresó a sus compañeros y a Iéred. Y
ellos bajaron de la montaña, y Iéred con ellos; y ellos se quedaron al
lado de una fuente de agua, cerca de las casas de los hijos de Qáyin y
esperaron por su compañero hasta que él trajese la ropa para Iéred.
33. Él, entonces, quien regresó a la cueva, apagó la lámpara, y
vino a ellos y trajo un fantasma con él y les mostró a ellos. Y
cuando Iéred lo vio él maravilló a la hermosura y favor de tal, y se
regocijó en su corazón creyéndolo que todo era cierto.
34. Pero mientras ellos estaban quedándose ahí, tres de ellos
entraron en casas de los hijos de Qáyin y les dijeron a ellos,
"Tráenos hoy comida a la fuente de agua, para que comamos nosotros y
nuestros compañeros."
35. Pero cuando los hijos de Qáyin les vieron, ellos maravillaron
de ellos y pensaron:
"Estos son hermosos de apariencia, y tales como nosotros nunca hemos visto."
Así que ellos se levantaron y vinieron con ellos a la fuente de agua,
para ver sus compañeros.
36. Ellos les encontraron a ellos tan buen mozos, que ellos
llamaron fuerte alrededor de sus lugares que otros vengan y se junten
y que vengan y miren a estos seres hermosos. Entonces ellos se
juntaron alrededor de ellos, ambos hombres y mujeres.
37. Entonces el mayor les dijo a ellos,
"Nosotros somos extranjeros en vuestra tierra, tráenos buena comida y
bebida, ustedes y sus mujeres, para refrescarnos con ustedes."
38. Cuando esos hombres oyeron estas palabras del mayor, cada uno
de los hijos de Qáyin trajo su mujer, y otro trajo su hija, y así,
muchas mujeres vinieron a ellos, cada uno llamándole a Iéred o para él
mismo o para su mujer; Todos iguales.
39. Pero cuando Iéred vio lo que ellos hacían, su mero ser se
arrancó a si mismo de ellos, ni quiso él probar de su comida o de su
bebida.
40. Él mayor le vio como él se arrancó a si mismo de ellos, y le dijo a él,
"No estés triste; yo soy el gran mayor, y como tú me verás hacer, haz
tú mismo de la misma manera."
41. Entonces él esparció sus manos y tomó una de las mujeres, y
cinco de sus compañeros hicieron lo mismo ante Iéred, para que él
hiciese como hacían ellos.
42. Pero cuando Iéred les vio trabajando infamia él lloró, y dijo
en su mente, "Mis padres nunca hacían algo parecido."
43. Él entonces esparció sus manos y oró con un corazón ferviente,
y con mucho llorar, y rogó a Iâjuéh que le libere a él de las manos de
ellos.
44. Tan pronto comenzó Iéred a orar, el mayor huyó con sus
compañeros, porque ellos no podían quedarse en un lugar de oración.
45. Entonces Iéred se viró alrededor pero no podía verles, sino que
se encontró a si mismo parado en el medio de los hijos de Qáyin.
46. Él entonces lloró y dijo,
"O Iâjuéh, no me destruyas con esta raza, acerca de los cuales mis
padres me han advertido; porque ahora, O mi Soberano Iâjuéh, yo estaba
pensando que aquellos quienes me aparecieron eran mis padres, pero yo
les he encontrado que ellos eran adversarios, quienes me atrajeron
mediante esta apariencia hermosa, hasta que yo les creí.
47. Pero ahora yo Te pido, O Iâjuéh, que me liberes de esta raza,
entre cual yo estoy ahora quedándome, como Tú me liberaste de esos
adversarios. Manda a Tu Enviado que me saque de entremedio de ellos,
porque yo mismo no tengo la capacidad de escaparme de entre ellos."
48. Cuando Iéred había terminado su oración, Iâjuéh mandó a Su
Enviado entremedio de ellos, Quien tomó a Iéred y le puso encima de la
montaña, y le mostró el camino, le dio consejo, y entonces le dejó a
él.
Capítulo 18
Confusión en la Cueva de Tesoros. Discurso milagroso del muerto 'Âthâ´m.
1. Los hijos de Iéred tenían el hábito de visitarle hora tras
hora, para recibir su bendición y para pedirle su consejo para cada
cosa que ellos hacían; y cuando él tenía un trabajo que hacer, ellos
lo hacían para él.
2. Pero esta vez cuando ellos entraron a la cueva ellos no
encontraron a Iéred, sino que ellos encontraron a la lámpara apagada,
y los cuerpos de los padres tirados alrededor, y voces venían de ellos
por el poder de Iâjuéh, que decían,
"Sâţâ´n en una aparición ha engañado a nuestro hijo, deseando
destruirle, como él destruyó a nuestro hijo Qáyin."
3. Ellos decían también,
"¡Iâjuéh 'Elohíym de los cielos y la tierra, libera a nuestro hijo de
la mano de Sâţâ´n, quien trabajó una grande y falsa aparición ante
él!"
Ellos también hablaban de otros asuntos, por el poder de Iâjuéh.
4. Pero cuando los hijos de Iéred oyeron estas voces ellos
temieron, y se paraban llorando por su padre, porque ellos desconocían
qué le había pasado.
5. Y ellos lloraron por él ese día hasta la posada del sol.
6. Entonces vino Iéred con una cara penoso, miserable en mente y
cuerpo, y entristecido de haber sido separado de los cuerpos de sus
padres.
7. Pero mientras él estaba acercándose a la cueva, sus hijos le
vieron, y corrieron a la cueva, y se prendieron de su cuello,
llorando, y diciéndole a él,
"O padre, ¿adónde has estado tú, y porqué nos has dejado a nosotros,
como tú no estabas dispuesto a hacer?"
Y otra vez,
"¡O padre, cuando tú te desapareciste, la lámpara sobre los cuerpos de
nuestros padres se apagó, los cuerpos fueron tirados alrededor, y
voces venían de ellos!"
8. Cuando Iéred oyó esto él estaba triste, y entró a la cueva; y
ahí encontró a los cuerpos tirados alrededor, la lámpara apagada, y
los padres ellos mismos orando por su liberación de la mano de Sâţâ´n.
9. Entonces Iéred se cayó sobre los cuerpos y les abrazó, y dijo,
"¡O mis padres, a través de vuestra intercesión, Iâjuéh me permitió
ser liberado de la mano de Sâţâ´n! Y yo les ruego que pidan a Iâjuéh
que me guarde y me esconda de él hasta el día de mi muerte."
10. Entonces todos las voces cesaron excepto la voz de nuestro
padre 'Âthâ´m, quien habló a Iéred por el poder de Iâjuéh, igual como
uno hablaría a su prójimo, diciendo,
"O Iéred, mi hijo, ofrece dádivas a Iâjuéh por haberte liberado de la
mano de Sâţâ´n; y cuando tú traigas esas ofrendas, que sea que tú las
ofreces sobre el altar sobre cual yo solía ofrecer. Entonces también,
cuídate de Sâţâ´n, porque él me engañó muchas veces con sus
apariciones, deseando destruirme, pero Iâjuéh me liberó fuera de su
mano.
11. Manda a tu pueblo que ellos estén vigilándose contra él, y que
nunca cesen de ofrecer dádivas a Iâjuéh."
12. Entonces la voz de 'Âthâ´m también se volvió silencioso; y
Iéred y sus hijos maravillaban de esto. Entonces ellos recostaron a
los cuerpos como ellos estaban al principio, y Iéred y sus hijos se
pararon orando esa noche entera, hasta el amanecer.
13. Entonces Iéred hizo una ofrenda y la ofreció sobre el altar,
como 'Âthâ´m le había mandado a él. Y mientras él subía al altar, él
oró a Iâjuéh por misericordia y por perdón de su pecado, acerca de la
lámpara apagándose.
14. Entonces Iâjuéh apareció a Iéred sobre el altar y les bendijo a
él y a sus hijos, y aceptó sus ofrendas, y mandó a Iéred que tome del
fuego puro del altar, y que prenda con él la lámpara que echaba luz
sobre el cuerpo de 'Âthâ´m.
Capítulo 19
Los hijos de Iéred les desvían.
1. Entonces Iâjuéh le reveló a él otra vez la promesa que Él
había hecho a 'Âthâ´m; Él le explicó a él los 4,000 años, y le reveló
a él el secreto de Su venida sobre la tierra.
2. Y Iâjuéh le dijo a Iéred,
"Acerca de ese fuego que tú has tomado del altar para prender la
lámpara con él, permite que se quede contigo para dar luz a los
cuerpos; y no lo dejes salir de la cueva, hasta que el cuerpo de
'Âthâ´m salga de ella.
3. Pero, O Iéred, cuida el fuego, que queme brillante en la
lámpara; ni salgas tú otra vez de la cueva hasta que tú recibas una
orden a través de una visión, y no en una aparición, cuando sea visto
por ti.
4. Entonces manda otra vez a tu pueblo que no tenga relaciones
con los hijos de Qáyin, y que no aprendan sus caminos, porque Yo soy
Iâjuéh quien no ama el odio y obras de iniquidad."
5. Iâjuéh dio también muchos otros mandamientos a Iéred, y le
bendijo a él. Y entonces retiró Su Palabra de él.
6. Entonces Iéred se acercó cerca con sus hijos, tomó fuego, y
bajó a la cueva, y prendió la lámpara ante el cuerpo de 'Âthâ´m; y él
dio su pueblo mandamientos como Iâjuéh le había dicho que haga.
7. Esta señal sucedió a Iéred al final de su año cuatrocientos
cincuenta [910 (3062 AC)]; como también muchas otras maravillas que
nosotros no anotamos. Pero nosotros anotamos solo este por brevedad,
y para no alargar nuestro narrativo.
8. Y Iéred continuó instruyendo a sus hijos ochenta años; pero
luego de eso ellos comenzaron a transgredir a los mandamientos que él
les había dado, y a hacer muchas cosas sin su consejo. Ellos
comenzaron a bajarse de la Montaña Pura uno tras otro, y a mezclarse
con los hijos de Qáyin, en compañerismos sucios.
9. Ahora la razón por la cual los hijos de Iéred bajaron la
Montaña Pura es este, la cual nosotros te revelaremos ahora a ti.
Capítulo 20
Música encantador, bebidas fuertes soltadas entre los hijos de Qáyin.
Ellos se ponen ropas coloradas.
Los hijos de Shëth miran con ojos deseosos. Ellos se rebelan de
consejo sabio, ellos descienden la montaña al valle de iniquidad.
Ellos no pueden ascender la montaña otra vez.
1. Luego que Qáyin había bajado a la tierra de tierra oscura, y
sus hijos se habían multiplicado ahí dentro, había uno de ellos, cuyo
nombre era Genun, hijo de Lémekh el ciego quien mató a Qáyin.
2. Pero acerca de este Genun, Sâţâ´n le entró a él en su niñez;
y él hizo varios tipos de trompetas y cuernos, e instrumentos de
cuerdas, címbalos y salterios y liras y harpas y flautas, y él los
tocaba en cada momento y a toda hora.
3. Y cuando él los tocaba, Sâţâ´n entraba a ellos, para que de
entre ellos se oyeran sonidos hermosos y dulces, que seducían al
corazón.
4. Entonces él juntaba grupos en bandas para tocarlos a ellos, y
cuando ellos tocaban, les agradaba bien a los hijos de Qáyin, quienes
se inflamaban ellos mismos con pecado entre ellos, y ardían como con
fuego, mientras Sâţâ´n inflamaba sus corazones, uno con otro, y
aumentaba la lujuria entre ellos.
5. Sâţâ´n también enseño a Genun que extraiga bebida fuerte del
grano, y esto usó Genun para reunir grupos y bandas en casas de
bebida; y trajo al alcance de ellos toda clase de frutas y flores, y
ellos bebían juntos.
6. Así este Genun hizo que el pecado se multiplique
excedentemente; él también actuó con orgullo, y enseño a los hijos de
Qáyin que cometan toda clase de maldad crasa, que ellos no habían
conocido, y les puso a hacer cosas variedades de fechorías que
desconocían anteriormente.
7. Entonces Sâţâ´n, cuando él veía que ellos cedían a Genun y le
hacían caso en cada cosa que él les decía, se regocijó grandemente, y
aumentó el entendimiento de Genun hasta que él tomó hierro e hizo con
él armas de guerra.
8. Entonces cuando ellos estaban borrachos, el odio y la matanza
aumentaron entre ellos; Hombres usaban violencia en contra de otros
para enseñarles maldad quitándole sus hijos y profanándoles ante él.
9. Y cuando hombres veían que ellos eran vencidos, y vieron
otros que no fueron vencidos, los que fueron vencidos venían a Genun,
tomaban refugio con él, y él les hizo a ellos sus confederados.
10. Entonces el pecado aumentó entre ellos grandemente, hasta que
hombres tomaban sus propias hermanas, o hijas, o madre, y otras, o la
hija de la hermana de su padre, tal que no había más distinción de
relación, y ellos no sabían más lo que era iniquidad, sino que
actuaban malvadamente, y la tierra fue profanada con el pecado, y
ellos enojaron a Iâjuéh el Juez, Quien les había creado.
11. Pero Genun reunió juntos bandas en grupos, que tocaban cuernos
y todos los otros instrumentos que nosotros ya habíamos mencionado, al
pie de la Montaña Pura, y ellos lo hacían para que los hijos de Shëth
quienes estaban sobre la Montaña Pura lo oyesen.
12. Pero cuando los hijos de Shëth oyeron el sonido, ellos
maravillaban, y venían en grupos, y se pararon en el tope de la
montaña para mirar a los que estaban abajo, y ellos hicieron así un
año entero.
13. Cuando, al final de ese año, Genun vio que ellos estaban siendo
ganados a él poco a poco, Sâţâ´n entró en él, y le enseño a él a teñir
materiales para ropas de diversos patrones, y le hizo entender cómo
teñir rojo y púrpura, y más cosas.
14. Y los hijos de Qáyin quienes trabajaron todo esto, y se lucían
en hermosura y ropas extravagantes, y carreras de caballo, cometiendo
toda clase de abominaciones.
15. Mientras tanto los hijos de Shëth, quienes estaban sobre la
Montaña Pura, oraban y honraban a Iâjuéh, en el lugar de los ejércitos
de enviados quienes habían caído, por eso Iâjuéh les había llamado a
ellos 'enviados," porque Él se regocijaba por ellos grandemente.
16. Pero después de esto, ellos no guardaban más Su mandamiento, ni
se mantenían por la promesa que Él había hecho a sus padres, sino que
ellos descansaron de sus ayunos y oraciones, y del consejo de Iéred su
padre. Y ellos continuaron juntándose al tope de la montaña, para
mirar a los hijos de Qáyin, desde la mañana hasta el anochecer, y a lo
que ellos hacían, a sus ropas hermosas y ornamentos.
17. Entonces los hijos de Qáyin miraron arriba desde abajo, y
vieron los hijos de Shëth, parados en grupos encima de la montaña, y
ellos llamaron a ellos que bajen abajo a ellos.
18. Pero los hijos de Shëth les dijeron a ellos desde arriba,
"Nosotros desconocemos el camino."
Entonces Genun, el hijo de Lémekh, les oyó a ellos decir que ellos
desconocían el camino, y él se preguntó a si mismo cómo él podría
traerles abajo.
19. Entonces Sâţâ´n apareció a él de noche, diciendo,
"No existe camino para que ellos bajen desde la montaña adonde ellos
habitan, pero cuando ellos vengan mañana, diles a ellos,
'Vengan ustedes al lado occidental de la montaña, ahí encontrarás el
camino de un riachuelo de agua, que baja al pie de la montaña, entre
dos cerros; bájense por ese camino a nosotros.'"
20. Entonces cuando era de día, Genun sopló los cuernos y tocó los
tambores debajo de la montaña, como él solía hacer. Los hijos de
Shëth lo oyeron y vinieron como ellos solían hacer.
21. Entonces Genun les dijo a ellos desde abajo,
"Váyanse al lado occidental de la montaña, y ahí encontrarán el camino
para bajarse."
22. Pero cuando los hijos de Shëth oyeron estas palabras de él,
ellos volvieron a la cueva a Iéred, para contarle todo lo que ellos
habían oído.
23. Entonces cuando Iéred lo oyó, él fue afligido, porque él sabía
que ellos transgredirían su consejo.
24. Luego de esto cien hombres de los hijos de Shëth se juntaron, y
se dijeron entre ellos,
"Vengan, vayamos abajo a los hijos de Qáyin, y veamos qué ellos hacen,
y vamos a divertirnos con ellos."
25. Pero cuando Iéred oyó esto de los cien hombres, su mera alma
fue conmovida, y su corazón fue afligido. Él entonces se levantó con
gran fervor, y se paró entremedio de ellos, y les conjuró a ellos por
la sangre de Jével el justo,
"Que ninguno de ustedes se baje de esta montaña dedicada y pura, en
cual nuestros padres nos han ordenado que habitemos."
26. Pero cuando Iéred vio que ellos aceptaban sus palabras, él les
dijo a ellos,
"O mis hijos buenos inocentes y puros, entiendan que una vez que
ustedes se bajen de esta montaña pura, Iâjuéh no les permitirá que
ustedes regresen de nuevo a ella."
27. Él otra vez les conjuró diciendo,
"Yo les conjuro por la muerte de nuestro padre 'Âthâ´m, y por la
sangre de Jével, de Shëth, de Enówsh, de Qëynâ´n, y de Majalal'Ë´l,
que me hagan caso, y que no bajen de esta montaña pura, porque el
momento que ustedes lo dejen, ustedes serán privados de la vida y de
la misericordia, y ustedes no serán más llamados 'hijos de Iâjuéh,'
sino 'hijos de ha-Sâţâ´n.'"
28. Pero ellos no quisieron hacerle caso a sus palabras.
29. Xanówkh en ese momento ya estaba crecido, y en su celo por
Iâjuéh, él se levantó y dijo,
"Escúchenme, O ustedes hijos de Shëth, pequeños y grandes – cuando
ustedes violen el mandamiento de nuestros padres, y se bajen de esta
montaña pura – ustedes no subirán aquí nunca más para siempre."
30. Pero ellos se levantaron en contra de Xanówkh, y no quisieron
hacerle caso a sus palabras, y bajaron de la Montaña Pura.
31. Y cuando ellos miraron a las hijas de Qáyin, a sus figuras
hermosas, y a sus manos y pies teñidos con color, y tatuados en
decoraciones en sus caras, el fuego del pecado fue encendido en ellos.
32. Entonces Sâţâ´n les hizo lucir lo más hermoso ante los hijos de
Shëth, como él también hizo que los hijos de Shëth luzcan entre los
más lindos en los ojos de las hijas de Qáyin, para que las hijas de
Qáyin lujurien tras los hijos de Shëth como bestias rapaces, y los
hijos de Shëth tras las hijas de Qáyin, hasta que ellos cometieron
abominación con ellas.
33. Pero luego de que ellos habían caído así en esta profanación,
ellos regresaban por el camino que ellos habían venido, y trataron de
ascender la Montaña Pura. Pero ellos no podían, porque las piedras de
esa montaña pura eran de fuego resplandeciendo ante ellos, por la cual
ellos no podían subir otra vez.
34. Y Iâjuéh estaba enojado con ellos, y se arrepintió de ellos
porque ellos habían bajado del honor, y habían por lo tanto perdido o
abandonado su propia pureza e inocencia, y estaban caídos en la
profanación del pecado.
35. Entonces Iâjuéh envió Su Palabra a Iéred, diciendo,
"Estos tus hijos, quienes tú habías llamado Mis hijos [hijos de Iâjuéh
(11: 4)], mira, ellos han trasgredido Mi mandamiento, y han bajado a
la casa de perdición, y del pecado. Manda un enviado a los que
quedan, para que ellos no bajen y que se pierdan."
36. Entonces Iéred lloró ante Iâjuéh, y Le pidió de Él misericordia
y perdón. Pero él prefirió que su alma de partiese de su cuerpo, a
que oiga estas palabras de Iâjuéh acerca del descenso de sus hijos de
la Montaña Pura.
37. Pero él siguió la orden de Iâjuéh, y les predicó a ellos que no
bajen de esa montaña pura, y que no tengan relaciones con los hijos de
Qáyin.
38. Pero ellos no hicieron caso a su mensaje, y no quisieron
obedecer su consejo.
Capítulo 21
Iéred se muere en tristeza por sus hijos que se habían desviado. Una
predicción del Diluvio.
1. Luego de esto, otro grupo se reunió, y ellos se fueron para
buscar por sus hermanos, pero ellos perecieron también como ellos. Y
así fue, grupo tras grupo, hasta que solo pocos de ellos quedaban.
2. Entonces Iéred se enfermó de la angustia, y su enfermedad fue
tal que el día de su muerte se acercaba.
3. Entonces él llamó a Xanówkh su hijo mayor, y Mthuwshâ´lax el
hijo de Xanówkh, y Lémekh el hijo de Mthuwshâ´lax, y Nóax el hijo de
Lémekh.
4. Y cuando ellos habían venido a él, él oró por ellos y les
bendijo, y les dijo a ellos,
"Ustedes son hijos justos e inocentes; no bajen ustedes de esta
montaña pura; porque mira, tus hijos y los hijos de tus hijos han
bajado de esta montaña pura, y se han alienado a si mismos de esta
montaña pura, a través de su lujuria abominable y trasgresión del
mandamiento de Iâjuéh.
5. Pero yo sé, a través del poder de Iâjuéh, que Él no les
abandonará a ustedes sobre esta montaña pura, porque vuestros hijos
han trasgredido Su mandamiento y el de nuestros padres, que nosotros
hemos recibido de ellos.
6. Pero, O mis hijos, Iâjuéh les llevará a ustedes a una tierra
extraña, y ustedes nunca regresarán de nuevo para mirar con vuestros
ojos este jardín y esta montaña pura.
7. Por eso, O mis hijos, aplica vuestros corazones a vuestras
propias vidas, y guarden el mandamiento de Iâjuéh, que está con
ustedes. Y cuando ustedes se vayan de esta montaña pura, a una tierra
extraña que ustedes desconocen, tomen con ustedes el cuerpo de nuestro
padre 'Âthâ´m, y con él estos tres regalos y ofrendas, específicamente
el oro, el incienso, y la mirra, y que estén esos en el lugar adonde
se recostará el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m.
8. Y a aquel de ustedes que quedará, O mis hijos, vendrá la
Palabra de Iâjuéh, y cuando él salga de esta tierra él llevará con él
el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, y lo recostará en el medio de la
tierra, el lugar adonde se trabajará la salvación."
9. Entonces Nóax le dijo a él,
"¿Quién es aquel de nosotros que quedará?"
10. Y Iéred contestó,
"Tú eres aquel que quedará. Y tú tomarás el cuerpo de nuestro padre
'Âthâ´m de la cueva, y lo pondrás contigo en la caja ("arca") cuando
venga el diluvio.
11. Y tu hijo Shëm, quien vendrá de tus lomos [1558 (2414 AC)], él
es quien recostará el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m en el medio de
la tierra, en el lugar de donde vendrá la salvación."
12. Entonces Iéred viró a su hijo Xanówkh, y le dijo a él,
"Tú, mi hijo, habita en esta cueva, y sirve diligentemente ante el
cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m todos los días de tu vida, y alimenta
tu pueblo en justicia e inocencia."
13. Y Iéred no dijo más. Sus manos fueron soltadas, sus ojos
cerrados, y él entró al descanso como sus padres. Su muerte sucedió
en el año trescientos sesenta [366 según Génesis y Iâshâ´r] de Nóax, y
en el año novecientos ochenta y nueve [962 según Génesis y Iâshâ´r] de
su propia vida, en el doce de Takhsas en un 6to día de la semana [1422
(2550 AC)].
14. Pero mientras moría Iéred, lágrimas derramaban de su cara por
motivo de su gran tristeza por los hijos de Shëth, quienes habían
caído durante sus días.
15. Entonces Xanówkh, Mthuwshâ´lax, Lémekh y Nóax, estos cuatro,
lloraron por él, le embalsamaron cuidadosamente, y entonces le
recostaron en la Cueva de Tesoros. Entonces ellos se levantaron y
lamentaron por él cuarenta días.
16. Y cuando estos días de luto se acabaron, Xanówkh, Mthuwshâ´lax,
Lémekh y Nóax se quedaron en tristeza de corazón, porque su padre se
había ido de ellos, y ellos no le vieron más.
Capítulo 22
Solo quedan tres hombres justos en el mundo. Las condiciones malvadas
de los hombres antes del Diluvio.
1. Pero Xanówkh guardó el mandamiento de Iéred su padre, y
continuó sirviendo en la cueva.
2. Es este Xanówkh a quien muchas maravillas sucedieron, y quien
también escribió un libro celebrado, pero esas maravillas no se
contarán en este sitio.
3. Entonces luego de esto, los hijos de Shëth se desviaron y
cayeron, ellos, sus hijos y sus mujeres. Y cuando Xanówkh,
Mthuwshâ´lax, Lémekh y Nóax les veían, sus corazones sufrían por
motivo de su caída en duda, llenos de incredulidad; y ellos lloraban y
buscaban misericordia de Iâjuéh, para preservarles a ellos, y para
traerles fuera de esa generación malvada.
4. Xanówkh siguió en su servicio ante Iâjuéh trescientos ochenta
y cinco años, y al final de ese tiempo él se volvió consciente
mediante el favor de Iâjuéh, que Iâjuéh tenía la intención de
removerle a él de la tierra.
5. Él entonces le dijo a su hijo,
"O mi hijo, yo sé que Iâjuéh tiene intención de traer las aguas del
Diluvio sobre la tierra, y destruir nuestra creación.
6. Y ustedes son los últimos gobernadores sobre este pueblo
sobre esta montana; porque yo sé que ninguno les quedará de ustedes
para engendrar hijos sobre esta pura montaña; Ni gobernará ninguno de
ustedes sobre los hijos de este pueblo; ni quedará de ustedes ningún
gran grupo, sobre esta montaña."
7. Xanówkh también les dijo a ellos,
"Velen por sus almas (vidas), y aguántense firmes en vuestro temor de
Iâjuéh y en vuestro servicio a Él, y adórenle a Él en confianza recta,
y sírvanle a Él en justicia, inocencia y juicio, en arrepentimiento y
también en pureza."
8. Cuando Xanówkh había terminado sus mandamientos a ellos,
Iâjuéh le transportó a él desde esa montaña a la tierra de la vida, a
las mansiones de los justos y de los escogidos: a la vivienda de
Pardë´ç (Arboleda-parque) de alegría, en Luz que alcanza arriba al
cielo; Luz que está afuera de la luz de este mundo; porque es la Luz
de Iâjuéh, que llena el mundo entero, pero cual ningún lugar Lo puede
contener.
9. Así, porque Xanówkh estaba en la Luz de Iâjuéh, él se
encontró a si mismo fuera del alcance de la muerte hasta que Iâjuéh le
dejara morir.
10. Todo junto, ninguno de nuestros padres o de sus hijos, quedó
sobre esa pura montaña[E1], excepto esos tres, Mthuwshâ´lax, Lémekh, y
Nóax. Porque todo el resto bajaron de la montaña y cayeron en pecado
con los hijos de Qáyin. Por eso ellos fueron prohibidos esa montaña, y
ninguno quedó sobre ella excepto esos tres hombres.
[E1]Según varias escrituras, es muy posible que esta pura montaña se
refiere al Monte Tsillówn, la cual también se llamó Monte
MowriyIâ´ju, y sobre cual Iâjuwshúa` Se transfiguró, y sobre la cual
vivía Nóax y recibió a 'Avrâhâ´m, porque él vivía con Shëm su hijo,
quien fue Malkiy-Tsétheq, el rey de Shâlë´m. Además en este libro
dice que ahí se trabajará la salvación. Monte Tsillówn se llama a
menudo Su pura montaña. Considerando que las almas quienes se
murieron por la Palabra de Iâjuéh debajo del altar del Templo en esa
montaña exclaman al quinto sello, y están en el Pardë´ç, que es el
jardín de `Ë´then, esto va aún más lejos para demostrar que la tierra
de `Ë´then estaba ahí en Iruwshâláim.
1. Cuando Luluwa oyó las palabras de Qáyin, ella lloró y se fue
a llamar a su padre y madre, y les contó cómo fue que Qáyin había
matado a su hermano Jével.
2. Entonces ellos todos lamentaron y levantaron sus voces, y
pegaban sus caras, y tiraron polvo sobre sus cabezas, y rasgaban sus
ropas, y salieron y vinieron al lugar adonde Jével fue asesinado.
3. Y ellos le encontraron acostado sobre la tierra, muerto, y
bestias alrededor de él, mientras ellos lloraron y clamaron por este
justo. Desde su cuerpo, por motivo de su pureza, salía el olor de
especies dulces.
4. Y 'Âthâ´m le llevó, sus lágrimas corriendo por su cara; y se
fue a la Cueva de Tesoros, donde él le acostó, y le arropó con
especies dulces y mirra.
5. Y 'Âthâ´m y Xauwâ´h continuaron al lado de su entierro en
gran luto ciento cuarenta días. Jével tenía quince años y medio de
edad, y Qáyin diecisiete años y medio.
6. Acerca de Qáyin, cuando el luto por su hermano se había
acabado, él tomó su hermana Luluwa y vino a ella, sin permiso de su
padre y madre; porque ellos no podían protegerle a ella de él, por
motivo de su corazón pesado.
7. Él entonces bajó a la base de la montaña, lejos del jardín,
cerca al lugar adonde él había matado a su hermano.
8. Y en ese lugar había muchos árboles de frutas y árboles de
bosque. Su hermana le parió hijos, quienes en su turno comenzaron
multiplicarse por grados hasta que ellos llenaron ese lugar.
9. Pero acerca de 'Âthâ´m y Xauwâ´h, ellos no se vinieron juntos
luego del funeral de Jével, por siete años. Pero luego de esto,
Xauwâ´h concibió; y cuando ella estaba embarazada, 'Âthâ´m le dijo a
ella,
"Ven, tomemos una ofrenda y ofrezcámoslo a Iâjuéh, y pidámosLe a Él
que nos dé un niño lindo, en quién nosotros pudiésemos hallar
conforte, y quien pudiésemos unir en matrimonio a la hermana de
Jével."
10. Entonces ellos prepararon una ofrenda y lo trajeron al altar, y
la ofrecieron ante Iâjuéh, y comenzaron a rogarLe a Él que acepte su
ofrenda, y que les dé una buena descendencia.
11. Y Iâjuéh oyó 'Âthâ´m y aceptó su ofrenda. Entonces ellos
adoraron, 'Âthâ´m, Xauwâ´h, y su hija, y bajaron a la Cueva de Tesoros
y pusieron una lámpara en ella, que queme de noche y de día, ante el
cuerpo de Jével.
12. Entonces 'Âthâ´m y Xauwâ´h siguieron ayunando y orando hasta que
vino el momento de Xauwâ´h que ella debiese dar luz, cuando ella dijo
a 'Âthâ´m,
"Yo deseo ir a la cueva en la roca, para parir en ella."
13. Y él dijo,
"Anda, y toma contigo tu hija que te atienda; pero yo me quedaré en
esta Cueva de Tesoros ante el cuerpo de mi hijo Jével."
14. Entonces Xauwâ´h hizo caso a 'Âthâ´m, y se fue, ella y su hija.
Pero 'Âthâ´m se quedó solo en la Cueva de Tesoros.
Capítulo 2
Un tercer hijo nace a 'Âthâ´m y Xauwâ´h.
1. Y Xauwâ´h produjo un hijo que era perfectamente hermoso en
figura y de cara. Su belleza era como la de su padre 'Âthâ´m, pero
aún más lindo.
2. Entonces Xauwâ´h fue confortado cuando ella le vio, y quedó
ocho días en la cueva, entonces ella envió su hija a 'Âthâ´m para
decirle que venga y vea al niño y que le nombre a él. Pero la hija
quedó en su lugar al lado del cuerpo de su hermano, hasta que regresó
'Âthâ´m. Así hizo ella.
3. Pero cuando vino 'Âthâ´m y vio la apariencia linda del niño,
su hermosura, su figura perfecta, él se regocijó por él, y fue
confortado por Jével. Entonces él nombró el niño Shëth, lo cual
significa, "Que el Poderoso ha oído mi oración, y me ha liberado de mi
aflicción." Pero también significa "poder y fuerza."
4. Entonces luego que 'Âthâ´m había nombrado al niño, él regresó
a la Cueva de Tesoros; y su hija regresó devuelta a su madre.
5. Pero Xauwâ´h continuó en la cueva, hasta que se cumplieron
cuarenta días, cuando ella vino a 'Âthâ´m, y ella trajo con ella al
niño y su hija.
6. Y ellos vinieron al río de agua, adonde 'Âthâ´m y su hija se
lavaron, debido a su tristeza por Jével; pero Xauwâ´h y el bebé se
lavaron para purificación.
7. Entonces ellos regresaron, y tomaron una ofrenda, y subieron
a la montaña y la ofrecieron, por el bebé, y Iâjuéh aceptó su ofrenda,
y envió Su bendición sobre ellos, y sobre su hijo Shëth; y ellos
regresaron a la Cueva de Tesoros.
8. Acerca de 'Âthâ´m, él no conoció otra vez a su mujer Xauwâ´h,
todos los días de su vida, ni tampoco nació de ellos ninguno más, sino
solo esos cinco, Qáyin, Luluwa, Jével, Aklia, y Shëth solamente.
9. Y Shëth creció en estatura y en fuerza, y comenzó a ayunar y
orar, fervientemente.
Capítulo 3
Sâţâ´n aparece como una mujer hermosa tentándole a 'Âthâ´m, diciéndole
que él es todavía un joven. "Pasa tu juventud en alegría y placer."
(12) Las formas distintas que toma Sâţâ´n (15).
1. Acerca de nuestro padre 'Âthâ´m, al final de siete años del
día que él se había separado de su mujer Xauwâ´h, Sâţâ´n le envidió,
cuando él le vio así separado de ella; y peleó para hacerle vivir con
ella otra vez.
2. Entonces se levantó 'Âthâ´m y subió arriba de la Cueva de
Tesoros; y continuó durmiendo ahí noche tras noche. Pero tan pronto
que era luz cada día, él bajaba a la cueva, para orar ahí y para
recibir una bendición de ella.
3. Pero cuando era anochecer él subía al techo de la cueva,
adonde él dormía solo, por temor que le venciese Sâţâ´n. Y él siguió
así aparte treinta y nueve días.
4. Entonces Sâţâ´n, el que odia todo el bien, cuando él vio a
'Âthâ´m así solo, ayunando y orando, le apareció a él en la forma de
una mujer hermosa, quien vino y se paró ante él en la noche del día
cuarenta, y le dijo a él:
5. "O 'Âthâ´m, desde el momento que ustedes han habitado en esta
cueva, nosotros hemos experimentado gran paz de ti, y tus oraciones
nos ha llegado, y hemos sido confortados acerca de ti.
6. "Pero ahora, O 'Âthâ´m, que tú te has trepado sobre el techo
de la cueva para dormir, nosotros hemos tenido nuestras dudas acerca
de ti, y gran tristeza nos ha venido encima de nosotros por causa de
tu separación de Xauwâ´h. Entonces otra vez, cuando tú estás sobre el
techo de esta cueva, tu oración se derrama, pero tu corazón vacila de
lado a lado.
7. Pero cuando tú estabas en la cueva tu oración era como fuego
concentrado; bajaba a nosotros, y tú encontraste descanso.
8. Entonces yo también me afligí por tus hijos que están
separados de ti; y mi tristeza es grande acerca del asesinato de tu
hijo Jével, porque él fue justo, y por un hombre justo todos se
afligirán.
9. Y yo me regocijé sobre el nacimiento de tu hijo Shëth; pero
luego de un ratito yo me entristecí grandemente sobre Xauwâ´h, porque
ella es mi hermana. Porque cuando 'Elohíym envió un profundo sueño
sobre ti, y la sacó fuera de tu lado, Él también me sacó a mí afuera
con ella. Pero Él la exaltó a ella poniéndola a ella contigo,
mientras Él me rebajó a mí.
10. Yo me regocijé sobre mi hermana por ella estar contigo, pero
'Elohíym me había hecho una promesa anteriormente, y me dijo, 'No te
aflijas; cuando 'Âthâ´m haya subido sobre el techo de la Cueva de
Tesoros, y sea separado de Xauwâ´h su mujer, Yo te enviaré a ti a él,
tú te unirás a ti misma a él en matrimonio, y le tendrás a él cinco
hijos, como Xauwâ´h le tuvo cinco.'
11. ¡Y ahora mira! La promesa de 'Elohíym para mí se ha cumplido;
porque es Él Quien me ha enviado a ti para las bodas, porque si tú me
tomas, yo te tendré niños más finos y mejores que esos de Xauwâ´h.
12. Entonces otra vez, tú eres todavía aún un joven, no acabes tu
juventud en este mundo en tristeza, sino pasa tus días de tu juventud
en alegría y placer. Porque tus días son pocos y tus pruebas son
muchos. Sé fuerte, termina tus días en este mundo en regocijo. Yo
tomaré placer en ti, y tú te regocijarás conmigo en este asunto, y sin
temor.
13. Levántate, ahora, y cumple la orden de tu 'Elohíym,"
Ella entonces se acercó a 'Âthâ´m, y le abrazó.
14. Pero cuando vio 'Âthâ´m que ella le debiese vencer, él oró a
Iâjuéh con un corazón ferviente que le libere de ella.
15. Entonces Iâjuéh envió Su Palabra a 'Âthâ´m, diciendo,
"O 'Âthâ´m, esa figura es la que te prometió la Persona del Poderoso,
y majestad; Él no está dispuesto favorablemente hacia ti, sino que se
muestra si mismo a ti en un momento en la forma de una mujer, en otro
momento en la semejanza de un enviado, en otras ocasiones en la
similitud de una serpiente, y en otra ocasión, en la similitud de un
'elohíym; Pero él hace todo eso solamente para destruir tu alma.
16. Ahora, por lo tanto, O 'Âthâ´m, entendiendo tu corazón, Yo te
he liberado muchas veces de sus manos; para demostrarte que Yo soy un
'Elohíym misericordioso, y que Yo deseo tu bien, y que Yo no deseo tu
ruina."
Capítulo 4
'Âthâ´m ve al Adversario en sus colores verdaderos.
1. Entonces Iâjuéh ordenó a Sâţâ´n que se muestre si mismo a
'Âthâ´m claramente, en su propia forma horrenda.
2. Pero cuando 'Âthâ´m le vio, él temió, y tembló al verle a él.
3. Y Iâjuéh le dijo a 'Âthâ´m,
"Mira a este shëd, y a su vista horrenda, y sepas que él es quién te
hizo caer de la iluminación a la oscuridad, de la paz y descanso a
trabajo y miseria.
4. ¡Y mirale, O 'Âthâ´m, a él, quien dijo de si mismo que él es
'Elohíym! ¿Puede Iâjuéh ser negro? ¿Tomaría Iâjuéh la forma de una
mujer? ¿Existe alguno más fuerte que Iâjuéh? ¿Y puede Él ser
vencido?
5. ¡Ve, entonces, O 'Âthâ´m, y mírale atado en tu presencia, en
el aire, incapaz de huirse! Por eso, Yo te digo a ti, no le tengas
miedo; desde ahora en adelante ten cuidado, y vélate de él, en
cualquier cosa que él te haría."
6. Entonces Iâjuéh le echó a Sâţâ´n de delante de 'Âthâ´m, a
quien Él fortaleció, y cuyo corazón Él confortó, diciéndole a él,
"Vete abajo a la Cueva de Tesoros, y no te separes a ti mismo de
Xauwâ´h; Yo apagaré todo el deseo animal en ti."
7. Desde esa hora les dijo a 'Âthâ´m y Xauwâ´h, y ellos
disfrutaron descanso por el mandamiento de 'Elohíym. Pero Iâjuéh no
hizo algo semejante a ninguno de la semilla de 'Âthâ´m, sino solo a
'Âthâ´m y Xauwâ´h.
8. Entonces 'Âthâ´m adoró ante Iâjuéh, por haberle liberado, y
por haberle detenido sus pasiones. Y él vino abajó de encima de la
cueva, y habitó con Xauwâ´h como anteriormente.
9. Esto terminó los cuatro días de su separación de Xauwâ´h.
Capítulo 5
Sâţâ´n pinta un cuadro brillante para que Shëth lo considere.
1. Acerca de Shëth, cuando él tenía siete años, él reconocía el
bien y el mal, y era consistente ayunando y orando, y pasó todas sus
noches rogándoLe a Iâjuéh por misericordia y perdón.
2. Él también ayunó cuando traía su ofrenda cada día, más que lo
que hizo su padre, porque él era de una mirada linda, parecido a un
enviado de Iâjuéh. Él también tenía un buen corazón, preservaba las
cualidades mejores de si mismo, y por esta razón él traía su ofrenda
cada día.
3. Y Iâjuéh estaba agradado con su ofrenda, pero Él estaba
también agradado con su pureza. Y él continuaba así haciendo la
voluntad de Iâjuéh, y de su padre y madre, hasta que él tenía siete
años.
4. Después de eso, mientras él bajaba desde el altar, cuando
había terminado su ofrenda, Sâţâ´n le apareció a él en la forma de un
enviado hermoso, brillante con luz, con una vara de luz en su mano,
habiéndose ceñido con un cinto de luz.
5. Él le saludó a Shëth con una sonrisa hermosa, y comenzó a
engañarle con palabras bonitas, diciéndole a él,
"O Shëth, ¿Porqué te quedas en esta montaña? Porque es difícil, lleno
de rocas y de arena, y de árboles sin ninguna buena fruta, una
desolación sin casas y sin pueblos, ningún buen lugar para habitar. Y
todo es calor, cansancio, y problemas."
6. Él dijo además,
"Pero nosotros habitamos en lugares hermosos, en otro mundo que esta
tierra. Nuestro mundo es uno de luz y nuestra condición es de lo
mejor; nuestras mujeres son más deseables que cualquiera de las otras,
y yo deseo que tú, O Shëth, te tomes para ti una de ellas, porque yo
veo que tú eres lindo para la vista, y en esta tierra no existe ni una
mujer suficientemente buena para ti. Además, todos los que viven en
este mundo son solamente cinco almas.
7. Pero en nuestro mundo, existe muchísimos hombres y muchas
muchachas, cada uno más linda que la otra. Yo desearía, por eso,
quitarte de aquí, para que tú puedas ver mis familiares y ser casado
con la cual te guste.
8. Tú entonces habitarás al lado mío y estarás en paz; tú serás
llenado con esplendor y luz, como nosotros estamos.
9. Tú te quedarás en nuestro mundo, y descansarás de este mundo
y su miseria, tú nunca más te sentirás debilitado y cansado, tú nunca
mas traerás una ofrenda, ni peticionar misericordia, porque tú no
cometerás más pecados ni serás desviado por pasiones.
10. Y si tú me hicieses caso a lo que yo te digo, tú tomarás para
ti una de mis hijas, porque con nosotros no es pecado hacer eso, ni se
considera lujuria de animal.
11. Porque en nuestro mundo nosotros no tenemos ningún 'Elohíym,
sino que nosotros todos somos 'elohíym; Nosotros todos somos de la
luz, celestiales, poderosos, fuertes, y honorables."
Capítulo 6
La conciencia de Shëth le ayuda. Él regresa a 'Âthâ´m y Xauwâ´h.
1. Cuando Shëth oyó estas palabras él estaba asombrado, y
inclinó su corazón a los dichos traicioneros de Sâţâ´n, y le dijo a
él,
"¿Dijiste que hay otro mundo creado además de este, y otras criaturas
más hermosas que las criaturas que están en este mundo?"
2. Y Sâţâ´n dijo,
"Sí; mira, tú me has oído; pero yo aún les honraré a ellos y sus
caminos en tu audiencia."
3. Pero Shëth le dijo a él,
"Tus palabras me han asombrado, y tu descripción bonita de todo eso."
4. Pero yo no puedo ir contigo hoy día, no hasta que yo me haya
ido a mi padre 'Âthâ´m y a mi madre Xauwâ´h, y haya contado a ellos
todo lo que tú me has dicho a mí. Entonces si ellos me dan permiso de
ir contigo, yo iría."
5. Otra vez Shëth dijo,
"Yo tengo miedo de hacer cualquier cosa sin el permiso de mi padre y
madre, por si yo pereciera como mi hermano Qáyin, y como mi padre
'Âthâ´m, quien trasgredió el mandamiento de Iâjuéh. Pero, mira, tú
conoces este lugar; ven, y encuéntrame aquí mañana."
6. Cuando Sâţâ´n oyó esto, él le dijo a Shëth,
"Si tú le cuentas a tu padre 'Âthâ´m lo que yo te he contado, él no te
permitirá venir conmigo.
7. Pero hazme caso; no le cuentes a tu padre y madre lo que yo
te he dicho, sino ven conmigo hoy día, a nuestro mundo, donde tú verás
cosas hermosas y te divertirás ahí, y juega este día entre mis niños,
mirándoles y llenándote de alegría, y regocíjate para siempre.
Entonces yo te traeré a ti devuelta a este lugar mañana; pero si tú
prefirieses vivir conmigo, así sería."
8. Entonces Shëth contestó,
"El espíritu de mi padre y de mi madre, depende de mí; y si yo me
escondiese de ellos un solo día, ellos se morirán, y 'Elohíym me
sostendrá culpable de pecar en contra de ellos.
9. Y excepto que ellos saben que yo he venido a este lugar para
traer a ello mi ofrenda, ellos no se separarían de mí por una sola
hora; ni debería yo ir a cualquier otro lugar, amenos que ellos me
dejen. Pero ellos me tratan a mí lo más amablemente, porque yo
regreso devuelta a ellos rápidamente."
10. Entonces Sâţâ´n le dijo a él,
"¿Qué te sucedería a ti si tú te escondieras de ellos una noche, y
regresarías a ellos al amanecer?"
11. Pero Shëth, cuando él vio cómo él seguía hablando, y que él no
le quería dejar, corrió, y subió al altar, y extendió sus manos hacia
Iâjuéh, y buscó liberación de Él.
12. Entonces Iâjuéh envió Su Palabra, y maldijo a Sâţâ´n, quien huyó de Él.
13. Pero acerca de Shëth, él había subido al altar, diciéndose así
en su corazón.
"El altar es el lugar de ofrenda, y Iâjuéh está ahí; un fuego
supernatural lo consumirá, así Sâţâ´n será incapaz de herirme, y no me
quitará para allá."
14. Entonces Shëth bajó del altar y se fue a su padre y madre,
quienes él encontró en el camino, anhelando oír su voz, porque él
había tardado un rato.
15. Él entonces comenzó a contarles lo que le había acontecido por
Sâţâ´n, bajo la forma de un enviado.
16. Pero cuando 'Âthâ´m oyó su historia, él besó su cara, y le
advirtió en contra de ese enviado, diciéndole que fue Sâţâ´n quien
apareció así a él. Entonces 'Âthâ´m tomó a Shëth, y ellos se fueron a
la Cueva de Tesoros, y se regocijaron ahí dentro.
17. Pero desde ese día en adelante 'Âthâ´m y Xauwâ´h nunca se
separaban de él, a cualquier lugar que él fuese, ni por su ofrenda o
por alguna otro motivo.
18. Esta señal le sucedió a Shëth, cuando él tenía nueve años de edad.
Capítulo 7
Shëth se casa con Aklia. 'Âthâ´m vive a ver nietos y bisnietos.
1. Cuando nuestro padre 'Âthâ´m vio que Shëth era de un corazón
maduro, él deseó que él se case, por si apareciese el enemigo a él
otra vez, y le venza.
2. Así que 'Âthâ´m dijo a su hijo Shëth,
"Yo deseo, O mi hijo, que tú tomes a tu hermana Aklia, la hermana de
Jével, para que ella te tenga hijos, quienes repletarán la tierra,
según la promesa de Iâjuéh a nosotros.
3. No temas, O mi hijo; no hay disfavor en ello. Yo deseo que
tú te cases, por temor que el enemigo te venza."
4. Sin embargo Shëth no deseaba casarse, pero en obediencia a su
padre y madre, él no dijo ninguna palabra.
5. Así que 'Âthâ´m le casó a Aklia. Y él tenía quince años.
6. Pero cuando él tenía veinte años, él procreó un hijo, a quién
él llamó 'Enówsh; y entonces procreó otros niños que él,
7. Entonces 'Enówsh se creció, se casó, y procreó a Qëynâ´n.
8. Qëynâ´n también se creció, se casó, y procreó a Majalal'Ë´l.
9. Esos padres nacieron durante la vida de 'Âthâ´m, y habitaron
por la Cueva de Tesoros.
10. Entonces fueron los días de 'Âthâ´m novecientos treinta años, y
los de Majalal'Ë´l cien [tenía 535 años cuando murió 'Âthâ´m]. Pero
Majalal'Ë´l, cuando él había crecido, amaba ayunar, orar, y laboraba
duro, hasta que se acercaba el final de los días de nuestro padre
'Âthâ´m.
Capítulo 8
Las palabras asombrosas últimas de 'Âthâ´m: Él predice el Diluvio. Él
exhorta su descendencia al bien, él revela ciertos misterios de la
vida.
1. Cuando nuestro padre 'Âthâ´m vio que su fin estaba cerca, él
llamó a su hijo Shëth, quien vino a él en la Cueva de Tesoros, y él le
dijo a él:
2. "O Shëth, mi hijo, tráeme tus hijos y tus nietos, para que yo
derrame mi bendición sobre ellos antes de que yo muera."
3. Cuando Shëth oyó estas palabras de su padre 'Âthâ´m, él se
fue de él, derramó una chorro de lagrimas sobre su cara, y juntó sus
hijos y los hijos de sus hijos, y les trajo a su padre 'Âthâ´m.
4. Pero cuando nuestro padre 'Âthâ´m les vio a ellos alrededor
de él, él lloró al tener que ser separado de ellos.
5. Y cuando ellos le vieron a él llorando, ellos todos lloraron
juntos, y cayeron sobre su cara diciendo,
"¿Cómo serás tú removido de nosotros, O nuestro padre? ¿Y cómo te
recibirá la tierra y te esconderá de nuestros ojos?"
Así lamentaron ellos mucho, y en palabras parecidas.
6. Entonces nuestro padre 'Âthâ´m les bendijo a todos ellos, y
le dijo a Shëth, luego de que él les había bendecido:
7. "O Shëth, mi hijo, tú conoces este mundo – que está lleno de
tristeza, y de cansancio, y tú conoces todo lo que nos ha acontecido,
por nuestras pruebas en ello, yo por eso te ordeno en estas palabras:
que guarden la inocencia, que sean puro y justo, y confiando en
Iâjuéh; Y que no se inclinen hacia los discursos de Sâţâ´n, ni a las
apariciones en cual él se mostrará a si mismo a ustedes.
8. Pero guarda los mandamientos que yo te doy a ti este día;
entonces dáselos los mismos a tu hijo 'Enówsh; Y que 'Enówsh se los dé
a su hijo Qëynâ´n; y Qëynâ´n a su hijo Majalal'Ë´l, para que este
mandamiento se quede firme entre todos tus hijos.
9. O Shëth, mi hijo, el momento que esté muerto, lleven mi
cuerpo y embobínalo con mirra, aloe, y casia, y déjenme aquí en esta
Cueva de Tesoros en cual están todos estos símbolos cuales Iâjuéh nos
dio del Jardín.
10. O mi hijo, luego de esto vendrá un diluvio e inundar toda
criatura, y eximir solamente ocho almas.
11. Pero, O mi son, permitan a esos a quienes eximirá de entre tus
hijos en ese momento, quitar mi cuerpo con ellos fuera de esta cueva;
y cuando ellos lo hayan llevado con ellos, que el mayor entre ellos
ordene sus hijos que acuesten mi cuerpo en un barco hasta que la
inundación haya sido apaciguado, y ellos saliesen del barco.
12. Entonces ellos llevarán mi cuerpo y lo acostarán en el medio de
la tierra, poco luego que ellos hayan sido salvados de las aguas del
diluvio.
13. Porque el lugar adonde mi cuerpo será acostado es el medio de
la tierra; Iâjuéh vendrá desde ahí y salvará todos nuestros
familiares. [Tsillówn]
14. Pero ahora, O Shëth, mi hijo, colócate a la cabeza de tu
pueblo, tiéndelos y vigila sobre ellos en el temor de Iâjuéh, y
dirígelos en el buen Camino. Ordénalos que ellos ayunen para Iâjuéh;
y hazles entender que ellos no deben hacerle caso a Sâţâ´n, por si él
les destruyese a ellos.
15. Entonces, otra vez, separa tus hijos y los hijos de tus hijos
de los hijos de Qáyin; nunca les permitas a ellos jamás mezclarse con
esos, ni se acerquen a ellos ni en sus palabras o en sus obras."
16. Entonces 'Âthâ´m permitió su bendición descender sobre Shëth, y
sobre sus hijos, y sobre todos los hijos de sus hijos.
17. Él entonces se viró a su hijo Shëth, y a Xauwâ´h su mujer, y
les dijo a ellos,
"Preserva este oro, este incienso, y esta mirra, que Iâjuéh nos ha
dado como un símbolo; porque en días que están viniendo, un diluvio
inundará la creación entera. Pero aquellos quienes entrarán dentro de
la caja ("arca") llevarán con ellos el oro, el incienso, y la mirra,
juntos con mi cuerpo; y acostarán al oro, el incienso, y la mirra, con
mi cuerpo en el medio de la tierra.
18. Entonces, luego de mucho tiempo, la ciudad en cual se encuentra
el oro, el incienso, y la mirra, con mi cuerpo, será despojada. Pero
cuando será despojada, el oro, el incienso, y la mirra serán cuidados
con el despojo que se guarda, y ninguno de ellos perecerá, hasta que
la Palabra de Iâjuéh, hecho hombre vendrá, cuando reyes los llevarán,
y se lo ofrecerán a Él, oro en simbolismo de Su ser Rey, incienso en
simbolismo de Su ser el 'Elohíym del cielo y la tierra, y la mirra en
simbolismo de Su sufrimiento.
19. Oro también, como un símbolo de Su venciendo Sâţâ´n, y todos
nuestros enemigos; incienso como símbolo de que Él se levantará de los
muertos, y será exaltado arriba de todas las cosas en los cielos y las
cosas en la tierra, y la mirra en símbolo de que Él beberá bilis
amargo, y sentirá los dolores del Sh'ówl por Sâţâ´n.
20. Y ahora, O Shëth, mi hijo, mira, yo te he revelado a ti
secretos escondidos, cuales 'Elohíym me ha revelado a mí. Guarda mi
mandamiento, para ti mismo, y para tu pueblo."
Capítulo 9
La muerte de 'Âthâ´m
1. Cuando 'Âthâ´m había terminado su mandamiento a Shëth, sus
miembros fueron soltados, sus manos y pies perdieron todo poder, su
boca se volvió mudo, y su lengua cesó de hablar enteramente. Él cerró
sus ojos y cedió el espíritu.
2. Pero cuando sus hijos vieron que él estaba muerto, ellos se
tiraron ellos mismos sobre él, hombres y mujeres, viejos y jóvenes,
llorando.
3. La muerte de 'Âthâ´m sucedió al final de novecientos y
treinta años que él vivió sobre la tierra, en el día quince de
Barmudeh, tras la observación de una epacta del sol, a la novena hora.
4. Fue en un 6to día de la semana, el mismo en cual él fue
creado, y en cual él descansó, y la hora en cual él se murió, fue la
misma a la cual él había salido del jardín.
5. Entonces Shëth le envolvió bien a él, y le embalsamó con
muchas especies dulces, de árboles puros y de la Montaña Pura, y él
recostó su cuerpo en el lado oriental del interior de la cueva, el
lado del incienso, y puso enfrente de él un pedestal de lámpara que se
mantenía quemando.
6. Entonces sus hijos se pararon ante él llorando y lamentando
por él la noche entera hasta el amanecer.
7. Entonces Shëth y su hijo 'Enówsh, y Qëynâ´n, el hijo de
'Enówsh, salieron y llevaron buenas ofrendas para presentar ante
Iâjuéh, y ellos vinieron al altar sobre cual 'Âthâ´m había ofrecido
dádivas a 'Elohíym, cuando él solía ofrecer.
8. Pero Xauwâ´h le dijo a ellos,
"Esperen hasta que nosotros hayamos primero pedido a Iâjuéh que acepte
nuestra ofrenda, y que guarde con Él el alma de 'Âthâ´m Su sirviente,
y que lo lleve al descanso."
9. Y ellos todos se pararon y oraron.
Capítulo 10
"'Âthâ´m fue el primero. . ."
1. Y cuando ellos habían terminado su oración, la Palabra de
Iâjuéh vino y les confortó a ellos por su padre 'Âthâ´m.
2. Luego de esto, ellos ofrecieron sus dádivas por ellos mismos
y por su padre.
3. Y cuando ellos habían terminado su ofrenda, la Palabra de
Iâjuéh vino a Shëth, el mayor entre ellos, diciéndole a él,
"O Shëth, Shëth, Shëth";
Tres veces.
"Como Yo estaba con tu padre, así también estaré Yo contigo, hasta el
cumplimiento de la promesa que Yo le hice a él, tu padre, diciendo,
"Yo enviaré Mi Palabra y te salvaré a ti y a tu Semilla."
4. Pero acerca de tu padre 'Âthâ´m, guarden ustedes el
mandamiento que él te dio, y separa tu semilla de la de Qáyin tu
hermano."
5. Y Iâjuéh retiró Su Palabra de Shëth.
6. Entonces Shëth, Xauwâ´h, y sus niños, bajaron de la montaña a
la Cueva de Tesoros.
7. Pero 'Âthâ´m fue el primero [de la línea de la Semilla] cuya
vida murió en la tierra de `Ë´then, en la Cueva de Tesoros; porque
ninguno había muerto anterior a él, excepto su hijo Jével, quien murió
asesinado.
8. Entonces todos los hijos de 'Âthâ´m se levantaron, y lloraron
por su padre 'Âthâ´m, e hicieron ofrendas por él, ciento cuarenta
días.
Capítulo 11
Shëth se vuelve cabeza de los "hijos de Iâjuéh" – la tribu de gente
más feliz y justa que jamás vivió.
1. Luego de la muerte de 'Âthâ´m y de Xauwâ´h, Shëth separó sus
hijos, y los hijos de sus hijos, de los hijos de Qáyin. Qáyin y su
semilla bajaron y habitaron hacia el oeste, debajo del lugar donde él
había matado a su hermano Jével.
2. Pero Shëth y sus hijos, habitaban hacia el norte sobre la
montaña de la Cueva de Tesoros, para estar cerca de su padre 'Âthâ´m.
3. Y Shëth el mayor, alto y bueno, con un alma fina, y de una
mente fuerte, se paraba a la cabeza de su pueblo, y les tendía a ellos
en inocencia, penitencia, y mansedumbre, y no permitió ni uno de ellos
que baje a los hijos de Qáyin.
4. Pero debido a su propia pureza, ellos fueron llamados "Hijos
de Iâjuéh," y ellos estaban con Iâjuéh, en lugar de los ejércitos de
enviados quienes cayeron, porque ellos continuaban en honras a Iâjuéh,
y en cantando canciones a Él, en su cueva - la Cueva de Tesoros.
5. Entonces Shëth se paró ante el cuerpo de su padre 'Âthâ´m, y
de su madre Xauwâ´h, y oró noche y día, y pidió por misericordia para
él mismo y sus hijos, y que cuando él tuviese alguna dificultad
tratando con un niño, que Él le diese consejo.
6. Pero Shëth y sus hijos no les gustaban trabajo terrenal, sino
que se entregaban a cosas celestiales, porque ellos no tenían otro
pensamiento que honras, palabras que honraban, y canciones hacia
Iâjuéh.
7. Por eso oían ellos en todo momento las voces de enviados,
exaltando y honrando a Iâjuéh desde adentro del jardín, o cuando ellos
fueron enviados por Iâjuéh en una tarea, o cuando ellos se subían al
cielo.
8. Porque Shëth y sus hijos, por motivo de su propia pureza,
oían y veían esos enviados. Entonces, otra vez, el jardín no estaba
lejos arriba de ellos, sino solo algunos quince cúbitos espirituales.
9. Ahora un cúbito espiritual corresponde a tres cúbitos de un
hombre, todo junto cuarenta y cinco cúbitos.
10. Shëth y sus hijos habitaban sobre la montaña debajo del jardín;
Ellos no sembraban, ni cosechaban, ellos trabajaban ninguna comida
para el cuerpo, ni si quiera trigo, sino solo ofrendas. Ellos comían
de la fruta y de árboles bien favorecidos que crecían sobre la montaña
adonde ellos vivían.
11. Entonces Shëth a menudo ayunaba cada cuarenta días, como
también hacían sus hijos mayores. Porque la familia de Shëth olía el
olor de los árboles del jardín, cuando el viento soplaba desde ahí.
12. Ellos estaban felices, inocentes, sin temor repentino; No había
celosía, ni acción mala, y ningún odio entre ellos. No había pasión
de animal; De ninguna boca entre ellos salía ni palabras profanas ni
maldición, ni consejo malvado ni fraude. Porque los hijos de 'Âthâ´m
de esa época nunca juraban, pero bajo circunstancias duras, cuando
hombres deben jurar, ellos juraban por la sangre de Jével el justo.
13. Pero ellos obligaban a sus hijos y sus mujeres cada día en la
cueva que ayunen y oren, y que adorasen al 'Elohíym más Alto. Ellos
se bendecían a si mismos por el cuerpo de su padre 'Âthâ´m, y se
ungían a si mismos al lado de él.
14. Y ellos hacían así hasta que se acercaba el final de Shëth.
Capítulo 12
Asuntos de la familia de Shëth: Su muerte. El encabezamiento de
'Enówsh. Cómo siguió la rama exiliada de la familia de 'Âthâ´m.
1. Entonces Shëth, el justo, llamó a su hijo 'Enówsh, y Qëynâ´n,
hijo de 'Enówsh, y Majalal'Ë´l, hijo de Qëynâ´n, y les dijo a ellos:
2. "Como mi final está cerca, yo deseo construir un techo sobre
el altar sobre cual se ofrecen las ofrendas."
3. Ellos le hicieron caso a su mandamiento y salieron todos
ellos, ambos ancianos y jóvenes, y laboraron duro en eso, y
construyeron un techo hermoso sobre el altar.
4. Y el pensamiento de Shëth, en hacer esto, fue que una
bendición debiese venir sobre sus hijos sobre la montaña; y que él
debiese presentar una ofrenda por ellos antes de su muerte.
5. Entonces cuando fue completada la construcción del techo, él
les mandó que hagan ofrendas. Ellos trabajaron diligentemente en
estos, y los trajeron a Shëth su padre quien los tomó y los ofreció
sobre el altar, y oró a Iâjuéh que acepte sus ofrendas, para tener
misericordia sobre las almas de sus hijos, y que les guarde a ellos de
la mano de Sâţâ´n.
6. Y Iâjuéh aceptó su ofrenda, y envió Su bendición sobre él y
sobre sus hijos. Y entonces Iâjuéh hizo una promesa a Shëth,
diciendo,
"Al final de los grandes cuatro días, sobre cual Yo he hecho una
promesa a ti y a tu padre, Yo enviaré Mi Palabra y te salvaré a ti y a
tu Semilla."
7. Entonces Shëth y sus hijos, los hijos de sus hijos, se
reunieron, y bajaron desde el altar, y fueron a la Cueva de Tesoros –
adonde ellos oraron y se bendijeron con el cuerpo de nuestro padre
'Âthâ´m, y se ungieron a sigo mismos con ello.
8. Pero Shëth habitó en la Cueva de Tesoros, unos pocos días, y
entonces agonizó sufrimientos hacia la muerte.
9. Entonces 'Enówsh, su hijo primogénito, le vino a él, con
Qëynâ´n, su hijo, y Majalal'Ë´l, el hijo de Qëynâ´n, y Iéred, el hijo
de Majalal'Ë´l, y Xanówkh, el hijo de Iéred, con sus mujeres e hijos
para recibir una bendición de Shëth.
10. Entonces Shëth oró por ellos, y les bendijo, y les conjuró a
ellos por la sangre de Jével el justo, diciendo,
"Yo les ruego de ustedes mis hijos, que no permitan ni uno de ustedes
bajar de esta montaña dedicada y pura.
11. No hagan ningún compañerismo con los hijos de Qáyin el asesino
y el pecador, quien mató a su hermano, porque ustedes saben, O mis
hijos, que nosotros huimos de él y de todo su pecado con todo nuestro
poder porque él mató a su hermano Jével."
12. Luego de haber dicho esto, Shëth bendijo a 'Enówsh, su hijo
primogénito, y le mandó que acostumbre servir en pureza ante el cuerpo
del cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, todos los días de su vida,
entonces, también, que vaya periódicamente al altar que él Shëth había
construido. Y él le mandó que alimente su pueblo en justicia, en
juicio y pureza todos los días de su vida.
13. Entonces los miembros de Shëth fueron soltados; Sus manos y
pies perdieron todo poder, su boca se volvió mudo e incapaz de hablar,
y él entregó el espíritu y se murió el día después de su año
novecientos veinte; en el día veintisiete del mes Âvíyv; Xanówkh
entonces teniendo veinte años.
14. Entonces ellos envolvieron cuidadosamente al cuerpo de Shëth, y
le embalsamaron con especies dulces, y le recostaron e la Cueva de
Tesoros, al lado derecho del cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, y ellos
lamentaron por él cuarenta días. Ellos ofrecieron dádivas por él,
como ellos habían hecho por nuestro padre 'Âthâ´m.
15. Luego de la muerte de Shëth, 'Enówsh subió a la cabeza de su
pueblo, a quienes él alimentó en justicia, y juicio, como su padre le
había mandado a él.
16. Pero para cuando 'Enówsh tenía ochocientos veinte años, Qáyin
tenía una progenie grande, porque ellos tomaban mujeres
frecuentemente, siendo entregados a lujurias de animal, hasta que la
tierra abajo de la montaña estaba llena de ellos.
Capítulo 13
"Entre los hijos de Qáyin había mucho robo, matanza y pecado."
1. En esos días vivía Lémekh el ciego, quien era de los hijos de
Qáyin. Él tenía un hijo cuyo nombre era Atun [Túwval-Qáyin], y ellos
dos tenían mucho ganado.
2. Pero Lémekh tenía la costumbre de enviarles al pastizal con
un pastor joven, quien les tendía a ellos, y quien cuando volvía a
casa en el anochecer lloraba ante su abuelo, y ante su padre Atun
[Túwval-Qáyin] y su madre Jazina [Tsillâ´h], y les dijo a ellos,
"En cuanto a mí, yo no puedo alimentar ese ganado solo, por si alguno
me robe de algunos de ellos, o me maten por causa de ellos."
Porque entre los hijos de Qáyin, había mucho robo, matanza y pecado.
3. Entonces Lémekh le tuvo pena, y le dijo a él,
"Ciertamente, cuando él está solo, podría ser apoderado por los
hombres de este lugar."
4. Así que se levantó Lémekh, tomó un arco que él había guardado
desde que él era un joven, antes de que él se volviera ciego, y él
tomó flechas grandes, y piedras lisas, y una sonda que él tenía, y se
fue al campo con el pastor joven, y se puso a si mismo detrás del
ganado, mientras el pastor joven velaba el ganado. Así hizo Lémekh
muchos días.
5. Mientras tanto Qáyin, siempre desde cuando Iâjuéh le había
echado, y le había maldecido a él con temblor y terror, no podía ni
asentarse ni hallar reposo en ningún lugar, sino que vagaba de lugar a
lugar.
6. En sus vagancias él vino a las mujeres de Lémekh, y les
preguntó a ellos sobre él. Ellos le dijeron a él,
"Él está en el campo con el ganado."
7. Entonces Qáyin se fue a buscarle a él, y mientras él entraba
al campo, el joven pastor oyó el sonido que él hacía, y el ganado
juntándose de delante de él,
8. Entonces dijo él a Lémekh,
"O mi soberano, ¿es ese una bestia salvaje o un ladrón?"
9. Y Lémekh le dijo a él,
"Hazme entender de qué manera él luce, cuando él se asoma.
10. Entonces Lémekh arqueó su arco, le puso una flecha, y calzó una
piedra en la sonda, y cuando salió Qáyin del campo abierto, el pastor
dijo a Lémekh,
"Dispara, mira, él está viniendo."
11. Entonces Lémekh disparó hacia Qáyin con su flecha y le pegó en
su costado. Y Lémekh le pegó con una piedra de su sonda, la cual cayó
sobre su cara, y le quitó ambos de sus ojos, entonces cayó Qáyin
inmediatamente y se murió.
12. Entonces Lémekh y el pastor joven se acercaron a él, y le
encontraron acostado en el suelo. Y el pastor joven le dijo a él,
"¡Es Qáyin nuestro abuelo, a quien tú has matado, O mi soberano!"
13. Entonces estaba Lémekh triste por eso, y de la amargura de su
arrepentimiento, él pegando con sus manos, y pegó con su palma abierta
la cabeza del joven, quien se cayó como si muerto, pero Lémekh pensó
que fue un truco, así que él tomó una piedra y le pegó, y azotó su
cabeza hasta que él se murió.
Capítulo 14
El tiempo se lleva otra generación de hombres.
1. Cuando tenía 'Enówsh novecientos años, todos los hijos de
Shëth, y de Qëynâ´n, y su primogénito, con sus mujeres y niños, se
juntaron alrededor de él, pidiéndole una bendición de él.
2. Él entonces oró por ellos y les bendijo, y les hizo jurar a
ellos por la sangre de Jével el justo diciéndoles a ellos,
"No permitan a ninguno de vuestros hijos que baje de esta Pura
Montaña, y que ellos no hagan ningún compañerismo con los hijos de
Qáyin el asesino."
3. Entonces 'Enówsh llamó a su hijo Qëynâ´n y le dijo a él,
"Mira, O mi hijo, y pon tu corazón sobre tu pueblo, y establéceles en
justicia, y en inocencia, y párate sirviendo ante el cuerpo de nuestro
padre 'Âthâ´m, todos los días de tu vida."
4. Luego de esto 'Enówsh entró al descanso, envejecido
novecientos ochenta y cinco años, y Qëynâ´n le envolvió, y le recostó
a él en la Cueva de Tesoros a la izquierda de su padre 'Âthâ´m; e hizo
ofrendas por él, tras la costumbre de sus padres.
Capítulo 15
La descendencia de 'Âthâ´m continúan manteniendo la Cueva de Tesoros
como un sepulcro familiar.
1. Luego de la muerte de 'Enówsh, se paró Qëynâ´n a la cabeza de
su pueblo en justicia e inocencia, como su padre le había mandado a
él; él también continuaba sirviendo ante el cuerpo de 'Âthâ´m, dentro
de la Cueva de Tesoros.
2. Entonces cuando él había vivido novecientos diez años, le
vino encima sufrimiento y aflicción. Y cuando él estaba por entrar al
descanso, todos los padres con sus mujeres y niños vinieron a él, y él
les bendijo, y les hizo jurar por la sangre de Jével, el justo,
diciéndoles a ellos,
"No permitan a ninguno de entre ustedes que baje de esta Montaña Pura,
y no hagan compañerismo con los hijos de Qáyin el asesino."
3. Majalal'Ë´l, su hijo primogénito, recibió este mandamiento de
su padre, quien le bendijo a él y se murió.
4. Entonces Majalal'Ë´l le embalsamó a él con especies dulces, y
le recostó en la Cueva de Tesoros, con sus padres; y ellos hicieron
ofrendas por él, tras la costumbre de sus padres.
Capítulo 16
La buena rama de la familia todavía les tiene miedo a los hijos de Qáyin.
1. Entonces Majalal'Ë´l se paró encima de su pueblo, y les
alimentó en justicia e inocencia, y les vigilaba a ellos para observar
que ellos no tuvieran ninguna relación con los hijos de Qáyin.
2. Él también continuaba en la Cueva de Tesoros orando y
sirviendo ante el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, pidiéndole a Iâjuéh
por misericordia sobre él mismo y sobre su pueblo, hasta que él tenía
ochocientos setenta años, cuando él se enfermó.
3. Entonces todos sus hijos se juntaron a él, para verle, y para
pedir por su bendición sobre todos ellos, antes de que se fuese de
este mundo.
4. Entonces Majalal'Ë´l se levantó y se sentó en su cama, sus
lágrimas derramándose de su cara, y él llamó a su hijo mayor Iéred,
quien le vino a él.
5. Él entonces besó su cara, y le dijo a él,
"O Iéred, mi hijo, I te hago jurar por Él quien hizo los cielos y la
tierra, que vigiles a tu pueblo, y que les alimentes en justicia y en
inocencia, y que no permitas que ninguno de ellos baje de esta Montaña
Pura a los hijos de Qáyin, por si él perezca con ellos.
6. Oye, O mi hijo, luego de esto vendrá una gran destrucción
sobre esta tierra por causa de ellos; Iâjuéh estará enojado con el
mundo, y les destruirá a ellos con aguas.
7. Pero Yo también sé que tus hijos no te harán caso a ti, y que
ellos bajarán de esta montaña y tendrán relaciones con los hijos de
Qáyin, y que ellos perecerán con ellos.
8. ¡O mi hijo! Instrúyeles, y supervísales a ellos, para que
ninguna culpa se conecte a ti por causa de ellos."
9. Majalal'Ë´l dijo más aún a su hijo Iéred,
"Cuando yo me muera, embalsa mi cuerpo y recuéstalo en la Cueva de
Tesoros, al lado de los cuerpos de mis padres, entonces párate al lado
de mi cuerpo y ora a Iâjuéh; y cuídales, y cumple tu servicio ante
ellos, hasta que tu entres al descanso tú mismo."
10. Majalal'Ë´l entonces bendijo todos sus hijos, y entonces se
acostó sobre su cama, y entró al descanso como sus padres.
11. Pero cuando vio Iéred que su padre Majalal'Ë´l estaba muerto,
él lloró, y estuvo triste, y abrazó y besó sus manos y sus pies, y así
hicieron todos sus hijos.
12. Y sus hijos le embalsamaron cuidadosamente, y le recostaron al
lado de los cuerpos de sus padres. Entonces ellos se levantaron, y
lamentaron por él cuarenta días.
Capítulo 17
Iéred se vuelve disciplinario. Él se deja llevar a la tierra de Qáyin
adonde él ve muchas vistas atractivas.
Iéred apenas se escapa con corazón limpio.
1. Entonces Iéred guardó el mandamiento de su padre, y subió
como un león sobre su pueblo. Él les alimentó en justicia e
inocencia, y les mandó que hagan nada sin su consejo. Porque él tenía
miedo por ellos, por si ellos se fuesen a los hijos de Qáyin.
2. Por eso él les dio órdenes repetidamente; y continuaba
haciendo así hasta el final del año número cuatrocientos ochenta y
cinco de su vida.
3. Al final de estos años mencionados, le vino a él esta señal.
Mientras Iéred estaba parado como un león ante los cuerpos de sus
padres, orando y advirtiéndoles a su pueblo, Sâţâ´n le envidió, y
trabajó una apariencia hermosa, porque Iéred no permitía a sus hijos
hacer nada sin su consejo.
4. Sâţâ´n entonces le apareció a él con treinta hombres de sus
ejércitos, en la forma de hombres buen mozos, Sâţâ´n mismo siendo el
mayor y el más alto de entre ellos, con una barba fina.
5. Ellos se pararon a la boca de la cueva, y llamaron afuera a
Iéred, de dentro de ella.
6. Él salió a ellos, y les encontró luciendo como hombres finos,
llenos de luz, y de gran belleza. Él maravilló a su hermosura y a sus
apariencias, y se preguntó en sigo mismo si ellos no fuesen hijos de
Qáyin.
7. Él dijo también en su corazón, "Como los hijos de Qáyin no
pueden subir hasta la altura de esta montaña, y ninguno de ellos es
tan buen mozo como estos aparentan ser, y entre estos hombres no hay
ninguno de mi familia, ellos deben de ser extranjeros."
8. Entonces Iéred y ellos intercambiaron un saludo y él dijo al
mayor de entre ellos,
"O mi padre, explícame la maravilla que está en ustedes, y cuéntame
quienes son estos contigo, porque ellos me lucen como hombres
extraños."
9. Entonces el mayor comenzó a llorar, y el resto lloraron con
él, y él dijo a Iéred,
"Yo soy 'Âthâ´m quien 'Elohíym hizo primero; y este es Jével mi hijo,
quien fue matado por su hermano Qáyin, en cuyo corazón Sâţâ´n le puso
que le asesine a él.
10. Entonces éste es mi hijo Shëth, a quien yo pedí de 'Elohíym,
quien me lo dio a mí, para confortarme en lugar de Jével.
11. Entonces este es mi hijo 'Enówsh, hijo de Shëth, y ese otro es
Qëynâ´n, hijo de 'Enówsh, y ese otro es Majalal'Ë´l, hijo de Qëynâ´n,
tu padre."
12. Pero Iéred se quedó maravillando a su apariencia, y de lo que
le dijo el mayor a él.
13. Entonces el mayor le dijo a él,
"No maravilles, O mi hijo; nosotros vivimos en la tierra al norte del
jardín, cual 'Elohíym creó antes del mundo. Él no quiso permitirnos
vivir ahí, sino nos puso dentro del jardín, debajo del cual ustedes
están ahora habitando.
14. Pero luego de que yo transgredí, Él me hizo salir, y yo fui
dejado que habite en esta cueva, problemas grandes y graves me
vinieron encima, y cuando se acercaba mi muerte, yo mandé a mi hijo
Shëth que tiene a su pueblo bien, y este mi mandamiento debía ser
pasado de uno al próximo, hasta el final de las generaciones que
vengan.
15. Pero, O Iéred, mi hijo, nosotros vivimos en regiones hermosas,
mientras ustedes viven aquí en miseria, como este tu padre Majalal'Ë´l
me informó, contándome que un gran diluvio vendrá y inundará la tierra
entera.
16. Por eso, O mi hijo, temiendo por ustedes, yo me levanté y tomé
mis hijos conmigo, y vine hasta aquí para que nosotros te visitemos a
ti y a tus hijos, pero yo te encontré a ti parado en esta cueva
llorando, y tus hijos esparcidos alrededor de esta montaña, en el
calor y en miseria.
17. Pero, O mi hijo, como nosotros fallamos nuestro camino, y
vinimos hasta aquí, nosotros encontramos otros hombres debajo de esta
montaña, que habitan un país hermoso, lleno de árboles y de frutas, y
de toda clase de flora; es como un jardín, así que cuando nosotros les
encontramos nosotros pensábamos que ellos eran ustedes, hasta que tu
padre Majalal'Ë´l me contó que ellos no eran tal cosa.
18. Ahora, por eso, O mi hijo, escucha mi consejo, y baja a ellos,
tú y tus hijos. Ustedes descansarán de todo este sufrimiento en cual
ustedes están. Pero su ustedes no quieren bajar a ellos, entonces
levántate, toma tus hijos, y ven con nosotros a nuestro jardín,
ustedes vivirán en nuestra tierra hermosa, y ustedes descansarán de
todo estos problemas, cuales tú y tus hijos están ahora aguantando."
19. Pero Iéred cuando él oyó este dicho del mayor, maravilló; y se
fue aquí y allá, pero en ese momento él no encontró ninguno de sus
hijos.
20. Entonces él contestó y dijo al mayor,
"¿Porqué se han ustedes escondido hasta hoy día?"
21. Y el mayor contestó,
"Si tu padre no nos hubiera dicho, nosotros no lo hubiésemos sabido."
22. Entonces Iéred creyó que sus palabras eran ciertas.
23. Así que ese mayor le dijo a Iéred,
"¿Porqué te viraste alrededor así y así?" Y él dijo, "Yo estaba
buscando a uno de mis hijos, para contarle acerca de que yo me iba
contigo, y acerca de su bajar a aquellos acerca de cuales tú me has
hablado a mí."
24. Cuando el mayor oyó la intención de Iéred, él le dijo a él,
"Deja en paz ese propósito al presente, y ven con nosotros, tú verás
nuestro país; si la tierra en cual nosotros habitamos te agrada,
nosotros y tú regresaremos aquí y tomaremos tu familia con nosotros.
Pero si nuestro país no te agrada, tú regresarás a tu propio lugar."
25. Y el mayor urgió a Iéred, que venga antes de que alguno de sus
hijos venga a aconsejarle en contra.
26. Iéred, entonces, salió de la cueva y se fue con ellos y entre
ellos. Y ellos le confortaron, hasta que ellos llegaron al tope de la
montaña de los hijos de Qáyin.
27. Entonces dijo el mayor a uno de sus compañeros,
"Nosotros nos hemos olvidado de algo al lado de la boca de la cueva, y
ese es la ropa escogida que nosotros habíamos traído para vestirle a
Iéred con ella."
28. Él entonces le dijo a uno de ellos,
"Regresa, alguno de ustedes; y nosotros te esperaremos aquí, hasta que
tú vuelvas. Entonces le vestiremos a Iéred y él será como nosotros,
bueno, buen mozo, y digno para entrar con nosotros en nuestro país."
29. Entonces ese regresó.
30. Pero cuando él estaba a una distancia corta, el mayor le llamó
y le dijo a él,
"Espera, hasta que yo venga y te hable."
31. Entonces él se quedó quieto, y el mayor se fue a él y le dijo a él,
"Una cosa que nos olvidamos a la cueva es esto – de apagar la lámpara
que quema adentro, arriba de los cuerpos que están adentro. Entonces
regresa a nosotros, rápido."
32. Ese se fue, y el mayor regresó a sus compañeros y a Iéred. Y
ellos bajaron de la montaña, y Iéred con ellos; y ellos se quedaron al
lado de una fuente de agua, cerca de las casas de los hijos de Qáyin y
esperaron por su compañero hasta que él trajese la ropa para Iéred.
33. Él, entonces, quien regresó a la cueva, apagó la lámpara, y
vino a ellos y trajo un fantasma con él y les mostró a ellos. Y
cuando Iéred lo vio él maravilló a la hermosura y favor de tal, y se
regocijó en su corazón creyéndolo que todo era cierto.
34. Pero mientras ellos estaban quedándose ahí, tres de ellos
entraron en casas de los hijos de Qáyin y les dijeron a ellos,
"Tráenos hoy comida a la fuente de agua, para que comamos nosotros y
nuestros compañeros."
35. Pero cuando los hijos de Qáyin les vieron, ellos maravillaron
de ellos y pensaron:
"Estos son hermosos de apariencia, y tales como nosotros nunca hemos visto."
Así que ellos se levantaron y vinieron con ellos a la fuente de agua,
para ver sus compañeros.
36. Ellos les encontraron a ellos tan buen mozos, que ellos
llamaron fuerte alrededor de sus lugares que otros vengan y se junten
y que vengan y miren a estos seres hermosos. Entonces ellos se
juntaron alrededor de ellos, ambos hombres y mujeres.
37. Entonces el mayor les dijo a ellos,
"Nosotros somos extranjeros en vuestra tierra, tráenos buena comida y
bebida, ustedes y sus mujeres, para refrescarnos con ustedes."
38. Cuando esos hombres oyeron estas palabras del mayor, cada uno
de los hijos de Qáyin trajo su mujer, y otro trajo su hija, y así,
muchas mujeres vinieron a ellos, cada uno llamándole a Iéred o para él
mismo o para su mujer; Todos iguales.
39. Pero cuando Iéred vio lo que ellos hacían, su mero ser se
arrancó a si mismo de ellos, ni quiso él probar de su comida o de su
bebida.
40. Él mayor le vio como él se arrancó a si mismo de ellos, y le dijo a él,
"No estés triste; yo soy el gran mayor, y como tú me verás hacer, haz
tú mismo de la misma manera."
41. Entonces él esparció sus manos y tomó una de las mujeres, y
cinco de sus compañeros hicieron lo mismo ante Iéred, para que él
hiciese como hacían ellos.
42. Pero cuando Iéred les vio trabajando infamia él lloró, y dijo
en su mente, "Mis padres nunca hacían algo parecido."
43. Él entonces esparció sus manos y oró con un corazón ferviente,
y con mucho llorar, y rogó a Iâjuéh que le libere a él de las manos de
ellos.
44. Tan pronto comenzó Iéred a orar, el mayor huyó con sus
compañeros, porque ellos no podían quedarse en un lugar de oración.
45. Entonces Iéred se viró alrededor pero no podía verles, sino que
se encontró a si mismo parado en el medio de los hijos de Qáyin.
46. Él entonces lloró y dijo,
"O Iâjuéh, no me destruyas con esta raza, acerca de los cuales mis
padres me han advertido; porque ahora, O mi Soberano Iâjuéh, yo estaba
pensando que aquellos quienes me aparecieron eran mis padres, pero yo
les he encontrado que ellos eran adversarios, quienes me atrajeron
mediante esta apariencia hermosa, hasta que yo les creí.
47. Pero ahora yo Te pido, O Iâjuéh, que me liberes de esta raza,
entre cual yo estoy ahora quedándome, como Tú me liberaste de esos
adversarios. Manda a Tu Enviado que me saque de entremedio de ellos,
porque yo mismo no tengo la capacidad de escaparme de entre ellos."
48. Cuando Iéred había terminado su oración, Iâjuéh mandó a Su
Enviado entremedio de ellos, Quien tomó a Iéred y le puso encima de la
montaña, y le mostró el camino, le dio consejo, y entonces le dejó a
él.
Capítulo 18
Confusión en la Cueva de Tesoros. Discurso milagroso del muerto 'Âthâ´m.
1. Los hijos de Iéred tenían el hábito de visitarle hora tras
hora, para recibir su bendición y para pedirle su consejo para cada
cosa que ellos hacían; y cuando él tenía un trabajo que hacer, ellos
lo hacían para él.
2. Pero esta vez cuando ellos entraron a la cueva ellos no
encontraron a Iéred, sino que ellos encontraron a la lámpara apagada,
y los cuerpos de los padres tirados alrededor, y voces venían de ellos
por el poder de Iâjuéh, que decían,
"Sâţâ´n en una aparición ha engañado a nuestro hijo, deseando
destruirle, como él destruyó a nuestro hijo Qáyin."
3. Ellos decían también,
"¡Iâjuéh 'Elohíym de los cielos y la tierra, libera a nuestro hijo de
la mano de Sâţâ´n, quien trabajó una grande y falsa aparición ante
él!"
Ellos también hablaban de otros asuntos, por el poder de Iâjuéh.
4. Pero cuando los hijos de Iéred oyeron estas voces ellos
temieron, y se paraban llorando por su padre, porque ellos desconocían
qué le había pasado.
5. Y ellos lloraron por él ese día hasta la posada del sol.
6. Entonces vino Iéred con una cara penoso, miserable en mente y
cuerpo, y entristecido de haber sido separado de los cuerpos de sus
padres.
7. Pero mientras él estaba acercándose a la cueva, sus hijos le
vieron, y corrieron a la cueva, y se prendieron de su cuello,
llorando, y diciéndole a él,
"O padre, ¿adónde has estado tú, y porqué nos has dejado a nosotros,
como tú no estabas dispuesto a hacer?"
Y otra vez,
"¡O padre, cuando tú te desapareciste, la lámpara sobre los cuerpos de
nuestros padres se apagó, los cuerpos fueron tirados alrededor, y
voces venían de ellos!"
8. Cuando Iéred oyó esto él estaba triste, y entró a la cueva; y
ahí encontró a los cuerpos tirados alrededor, la lámpara apagada, y
los padres ellos mismos orando por su liberación de la mano de Sâţâ´n.
9. Entonces Iéred se cayó sobre los cuerpos y les abrazó, y dijo,
"¡O mis padres, a través de vuestra intercesión, Iâjuéh me permitió
ser liberado de la mano de Sâţâ´n! Y yo les ruego que pidan a Iâjuéh
que me guarde y me esconda de él hasta el día de mi muerte."
10. Entonces todos las voces cesaron excepto la voz de nuestro
padre 'Âthâ´m, quien habló a Iéred por el poder de Iâjuéh, igual como
uno hablaría a su prójimo, diciendo,
"O Iéred, mi hijo, ofrece dádivas a Iâjuéh por haberte liberado de la
mano de Sâţâ´n; y cuando tú traigas esas ofrendas, que sea que tú las
ofreces sobre el altar sobre cual yo solía ofrecer. Entonces también,
cuídate de Sâţâ´n, porque él me engañó muchas veces con sus
apariciones, deseando destruirme, pero Iâjuéh me liberó fuera de su
mano.
11. Manda a tu pueblo que ellos estén vigilándose contra él, y que
nunca cesen de ofrecer dádivas a Iâjuéh."
12. Entonces la voz de 'Âthâ´m también se volvió silencioso; y
Iéred y sus hijos maravillaban de esto. Entonces ellos recostaron a
los cuerpos como ellos estaban al principio, y Iéred y sus hijos se
pararon orando esa noche entera, hasta el amanecer.
13. Entonces Iéred hizo una ofrenda y la ofreció sobre el altar,
como 'Âthâ´m le había mandado a él. Y mientras él subía al altar, él
oró a Iâjuéh por misericordia y por perdón de su pecado, acerca de la
lámpara apagándose.
14. Entonces Iâjuéh apareció a Iéred sobre el altar y les bendijo a
él y a sus hijos, y aceptó sus ofrendas, y mandó a Iéred que tome del
fuego puro del altar, y que prenda con él la lámpara que echaba luz
sobre el cuerpo de 'Âthâ´m.
Capítulo 19
Los hijos de Iéred les desvían.
1. Entonces Iâjuéh le reveló a él otra vez la promesa que Él
había hecho a 'Âthâ´m; Él le explicó a él los 4,000 años, y le reveló
a él el secreto de Su venida sobre la tierra.
2. Y Iâjuéh le dijo a Iéred,
"Acerca de ese fuego que tú has tomado del altar para prender la
lámpara con él, permite que se quede contigo para dar luz a los
cuerpos; y no lo dejes salir de la cueva, hasta que el cuerpo de
'Âthâ´m salga de ella.
3. Pero, O Iéred, cuida el fuego, que queme brillante en la
lámpara; ni salgas tú otra vez de la cueva hasta que tú recibas una
orden a través de una visión, y no en una aparición, cuando sea visto
por ti.
4. Entonces manda otra vez a tu pueblo que no tenga relaciones
con los hijos de Qáyin, y que no aprendan sus caminos, porque Yo soy
Iâjuéh quien no ama el odio y obras de iniquidad."
5. Iâjuéh dio también muchos otros mandamientos a Iéred, y le
bendijo a él. Y entonces retiró Su Palabra de él.
6. Entonces Iéred se acercó cerca con sus hijos, tomó fuego, y
bajó a la cueva, y prendió la lámpara ante el cuerpo de 'Âthâ´m; y él
dio su pueblo mandamientos como Iâjuéh le había dicho que haga.
7. Esta señal sucedió a Iéred al final de su año cuatrocientos
cincuenta [910 (3062 AC)]; como también muchas otras maravillas que
nosotros no anotamos. Pero nosotros anotamos solo este por brevedad,
y para no alargar nuestro narrativo.
8. Y Iéred continuó instruyendo a sus hijos ochenta años; pero
luego de eso ellos comenzaron a transgredir a los mandamientos que él
les había dado, y a hacer muchas cosas sin su consejo. Ellos
comenzaron a bajarse de la Montaña Pura uno tras otro, y a mezclarse
con los hijos de Qáyin, en compañerismos sucios.
9. Ahora la razón por la cual los hijos de Iéred bajaron la
Montaña Pura es este, la cual nosotros te revelaremos ahora a ti.
Capítulo 20
Música encantador, bebidas fuertes soltadas entre los hijos de Qáyin.
Ellos se ponen ropas coloradas.
Los hijos de Shëth miran con ojos deseosos. Ellos se rebelan de
consejo sabio, ellos descienden la montaña al valle de iniquidad.
Ellos no pueden ascender la montaña otra vez.
1. Luego que Qáyin había bajado a la tierra de tierra oscura, y
sus hijos se habían multiplicado ahí dentro, había uno de ellos, cuyo
nombre era Genun, hijo de Lémekh el ciego quien mató a Qáyin.
2. Pero acerca de este Genun, Sâţâ´n le entró a él en su niñez;
y él hizo varios tipos de trompetas y cuernos, e instrumentos de
cuerdas, címbalos y salterios y liras y harpas y flautas, y él los
tocaba en cada momento y a toda hora.
3. Y cuando él los tocaba, Sâţâ´n entraba a ellos, para que de
entre ellos se oyeran sonidos hermosos y dulces, que seducían al
corazón.
4. Entonces él juntaba grupos en bandas para tocarlos a ellos, y
cuando ellos tocaban, les agradaba bien a los hijos de Qáyin, quienes
se inflamaban ellos mismos con pecado entre ellos, y ardían como con
fuego, mientras Sâţâ´n inflamaba sus corazones, uno con otro, y
aumentaba la lujuria entre ellos.
5. Sâţâ´n también enseño a Genun que extraiga bebida fuerte del
grano, y esto usó Genun para reunir grupos y bandas en casas de
bebida; y trajo al alcance de ellos toda clase de frutas y flores, y
ellos bebían juntos.
6. Así este Genun hizo que el pecado se multiplique
excedentemente; él también actuó con orgullo, y enseño a los hijos de
Qáyin que cometan toda clase de maldad crasa, que ellos no habían
conocido, y les puso a hacer cosas variedades de fechorías que
desconocían anteriormente.
7. Entonces Sâţâ´n, cuando él veía que ellos cedían a Genun y le
hacían caso en cada cosa que él les decía, se regocijó grandemente, y
aumentó el entendimiento de Genun hasta que él tomó hierro e hizo con
él armas de guerra.
8. Entonces cuando ellos estaban borrachos, el odio y la matanza
aumentaron entre ellos; Hombres usaban violencia en contra de otros
para enseñarles maldad quitándole sus hijos y profanándoles ante él.
9. Y cuando hombres veían que ellos eran vencidos, y vieron
otros que no fueron vencidos, los que fueron vencidos venían a Genun,
tomaban refugio con él, y él les hizo a ellos sus confederados.
10. Entonces el pecado aumentó entre ellos grandemente, hasta que
hombres tomaban sus propias hermanas, o hijas, o madre, y otras, o la
hija de la hermana de su padre, tal que no había más distinción de
relación, y ellos no sabían más lo que era iniquidad, sino que
actuaban malvadamente, y la tierra fue profanada con el pecado, y
ellos enojaron a Iâjuéh el Juez, Quien les había creado.
11. Pero Genun reunió juntos bandas en grupos, que tocaban cuernos
y todos los otros instrumentos que nosotros ya habíamos mencionado, al
pie de la Montaña Pura, y ellos lo hacían para que los hijos de Shëth
quienes estaban sobre la Montaña Pura lo oyesen.
12. Pero cuando los hijos de Shëth oyeron el sonido, ellos
maravillaban, y venían en grupos, y se pararon en el tope de la
montaña para mirar a los que estaban abajo, y ellos hicieron así un
año entero.
13. Cuando, al final de ese año, Genun vio que ellos estaban siendo
ganados a él poco a poco, Sâţâ´n entró en él, y le enseño a él a teñir
materiales para ropas de diversos patrones, y le hizo entender cómo
teñir rojo y púrpura, y más cosas.
14. Y los hijos de Qáyin quienes trabajaron todo esto, y se lucían
en hermosura y ropas extravagantes, y carreras de caballo, cometiendo
toda clase de abominaciones.
15. Mientras tanto los hijos de Shëth, quienes estaban sobre la
Montaña Pura, oraban y honraban a Iâjuéh, en el lugar de los ejércitos
de enviados quienes habían caído, por eso Iâjuéh les había llamado a
ellos 'enviados," porque Él se regocijaba por ellos grandemente.
16. Pero después de esto, ellos no guardaban más Su mandamiento, ni
se mantenían por la promesa que Él había hecho a sus padres, sino que
ellos descansaron de sus ayunos y oraciones, y del consejo de Iéred su
padre. Y ellos continuaron juntándose al tope de la montaña, para
mirar a los hijos de Qáyin, desde la mañana hasta el anochecer, y a lo
que ellos hacían, a sus ropas hermosas y ornamentos.
17. Entonces los hijos de Qáyin miraron arriba desde abajo, y
vieron los hijos de Shëth, parados en grupos encima de la montaña, y
ellos llamaron a ellos que bajen abajo a ellos.
18. Pero los hijos de Shëth les dijeron a ellos desde arriba,
"Nosotros desconocemos el camino."
Entonces Genun, el hijo de Lémekh, les oyó a ellos decir que ellos
desconocían el camino, y él se preguntó a si mismo cómo él podría
traerles abajo.
19. Entonces Sâţâ´n apareció a él de noche, diciendo,
"No existe camino para que ellos bajen desde la montaña adonde ellos
habitan, pero cuando ellos vengan mañana, diles a ellos,
'Vengan ustedes al lado occidental de la montaña, ahí encontrarás el
camino de un riachuelo de agua, que baja al pie de la montaña, entre
dos cerros; bájense por ese camino a nosotros.'"
20. Entonces cuando era de día, Genun sopló los cuernos y tocó los
tambores debajo de la montaña, como él solía hacer. Los hijos de
Shëth lo oyeron y vinieron como ellos solían hacer.
21. Entonces Genun les dijo a ellos desde abajo,
"Váyanse al lado occidental de la montaña, y ahí encontrarán el camino
para bajarse."
22. Pero cuando los hijos de Shëth oyeron estas palabras de él,
ellos volvieron a la cueva a Iéred, para contarle todo lo que ellos
habían oído.
23. Entonces cuando Iéred lo oyó, él fue afligido, porque él sabía
que ellos transgredirían su consejo.
24. Luego de esto cien hombres de los hijos de Shëth se juntaron, y
se dijeron entre ellos,
"Vengan, vayamos abajo a los hijos de Qáyin, y veamos qué ellos hacen,
y vamos a divertirnos con ellos."
25. Pero cuando Iéred oyó esto de los cien hombres, su mera alma
fue conmovida, y su corazón fue afligido. Él entonces se levantó con
gran fervor, y se paró entremedio de ellos, y les conjuró a ellos por
la sangre de Jével el justo,
"Que ninguno de ustedes se baje de esta montaña dedicada y pura, en
cual nuestros padres nos han ordenado que habitemos."
26. Pero cuando Iéred vio que ellos aceptaban sus palabras, él les
dijo a ellos,
"O mis hijos buenos inocentes y puros, entiendan que una vez que
ustedes se bajen de esta montaña pura, Iâjuéh no les permitirá que
ustedes regresen de nuevo a ella."
27. Él otra vez les conjuró diciendo,
"Yo les conjuro por la muerte de nuestro padre 'Âthâ´m, y por la
sangre de Jével, de Shëth, de Enówsh, de Qëynâ´n, y de Majalal'Ë´l,
que me hagan caso, y que no bajen de esta montaña pura, porque el
momento que ustedes lo dejen, ustedes serán privados de la vida y de
la misericordia, y ustedes no serán más llamados 'hijos de Iâjuéh,'
sino 'hijos de ha-Sâţâ´n.'"
28. Pero ellos no quisieron hacerle caso a sus palabras.
29. Xanówkh en ese momento ya estaba crecido, y en su celo por
Iâjuéh, él se levantó y dijo,
"Escúchenme, O ustedes hijos de Shëth, pequeños y grandes – cuando
ustedes violen el mandamiento de nuestros padres, y se bajen de esta
montaña pura – ustedes no subirán aquí nunca más para siempre."
30. Pero ellos se levantaron en contra de Xanówkh, y no quisieron
hacerle caso a sus palabras, y bajaron de la Montaña Pura.
31. Y cuando ellos miraron a las hijas de Qáyin, a sus figuras
hermosas, y a sus manos y pies teñidos con color, y tatuados en
decoraciones en sus caras, el fuego del pecado fue encendido en ellos.
32. Entonces Sâţâ´n les hizo lucir lo más hermoso ante los hijos de
Shëth, como él también hizo que los hijos de Shëth luzcan entre los
más lindos en los ojos de las hijas de Qáyin, para que las hijas de
Qáyin lujurien tras los hijos de Shëth como bestias rapaces, y los
hijos de Shëth tras las hijas de Qáyin, hasta que ellos cometieron
abominación con ellas.
33. Pero luego de que ellos habían caído así en esta profanación,
ellos regresaban por el camino que ellos habían venido, y trataron de
ascender la Montaña Pura. Pero ellos no podían, porque las piedras de
esa montaña pura eran de fuego resplandeciendo ante ellos, por la cual
ellos no podían subir otra vez.
34. Y Iâjuéh estaba enojado con ellos, y se arrepintió de ellos
porque ellos habían bajado del honor, y habían por lo tanto perdido o
abandonado su propia pureza e inocencia, y estaban caídos en la
profanación del pecado.
35. Entonces Iâjuéh envió Su Palabra a Iéred, diciendo,
"Estos tus hijos, quienes tú habías llamado Mis hijos [hijos de Iâjuéh
(11: 4)], mira, ellos han trasgredido Mi mandamiento, y han bajado a
la casa de perdición, y del pecado. Manda un enviado a los que
quedan, para que ellos no bajen y que se pierdan."
36. Entonces Iéred lloró ante Iâjuéh, y Le pidió de Él misericordia
y perdón. Pero él prefirió que su alma de partiese de su cuerpo, a
que oiga estas palabras de Iâjuéh acerca del descenso de sus hijos de
la Montaña Pura.
37. Pero él siguió la orden de Iâjuéh, y les predicó a ellos que no
bajen de esa montaña pura, y que no tengan relaciones con los hijos de
Qáyin.
38. Pero ellos no hicieron caso a su mensaje, y no quisieron
obedecer su consejo.
Capítulo 21
Iéred se muere en tristeza por sus hijos que se habían desviado. Una
predicción del Diluvio.
1. Luego de esto, otro grupo se reunió, y ellos se fueron para
buscar por sus hermanos, pero ellos perecieron también como ellos. Y
así fue, grupo tras grupo, hasta que solo pocos de ellos quedaban.
2. Entonces Iéred se enfermó de la angustia, y su enfermedad fue
tal que el día de su muerte se acercaba.
3. Entonces él llamó a Xanówkh su hijo mayor, y Mthuwshâ´lax el
hijo de Xanówkh, y Lémekh el hijo de Mthuwshâ´lax, y Nóax el hijo de
Lémekh.
4. Y cuando ellos habían venido a él, él oró por ellos y les
bendijo, y les dijo a ellos,
"Ustedes son hijos justos e inocentes; no bajen ustedes de esta
montaña pura; porque mira, tus hijos y los hijos de tus hijos han
bajado de esta montaña pura, y se han alienado a si mismos de esta
montaña pura, a través de su lujuria abominable y trasgresión del
mandamiento de Iâjuéh.
5. Pero yo sé, a través del poder de Iâjuéh, que Él no les
abandonará a ustedes sobre esta montaña pura, porque vuestros hijos
han trasgredido Su mandamiento y el de nuestros padres, que nosotros
hemos recibido de ellos.
6. Pero, O mis hijos, Iâjuéh les llevará a ustedes a una tierra
extraña, y ustedes nunca regresarán de nuevo para mirar con vuestros
ojos este jardín y esta montaña pura.
7. Por eso, O mis hijos, aplica vuestros corazones a vuestras
propias vidas, y guarden el mandamiento de Iâjuéh, que está con
ustedes. Y cuando ustedes se vayan de esta montaña pura, a una tierra
extraña que ustedes desconocen, tomen con ustedes el cuerpo de nuestro
padre 'Âthâ´m, y con él estos tres regalos y ofrendas, específicamente
el oro, el incienso, y la mirra, y que estén esos en el lugar adonde
se recostará el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m.
8. Y a aquel de ustedes que quedará, O mis hijos, vendrá la
Palabra de Iâjuéh, y cuando él salga de esta tierra él llevará con él
el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m, y lo recostará en el medio de la
tierra, el lugar adonde se trabajará la salvación."
9. Entonces Nóax le dijo a él,
"¿Quién es aquel de nosotros que quedará?"
10. Y Iéred contestó,
"Tú eres aquel que quedará. Y tú tomarás el cuerpo de nuestro padre
'Âthâ´m de la cueva, y lo pondrás contigo en la caja ("arca") cuando
venga el diluvio.
11. Y tu hijo Shëm, quien vendrá de tus lomos [1558 (2414 AC)], él
es quien recostará el cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m en el medio de
la tierra, en el lugar de donde vendrá la salvación."
12. Entonces Iéred viró a su hijo Xanówkh, y le dijo a él,
"Tú, mi hijo, habita en esta cueva, y sirve diligentemente ante el
cuerpo de nuestro padre 'Âthâ´m todos los días de tu vida, y alimenta
tu pueblo en justicia e inocencia."
13. Y Iéred no dijo más. Sus manos fueron soltadas, sus ojos
cerrados, y él entró al descanso como sus padres. Su muerte sucedió
en el año trescientos sesenta [366 según Génesis y Iâshâ´r] de Nóax, y
en el año novecientos ochenta y nueve [962 según Génesis y Iâshâ´r] de
su propia vida, en el doce de Takhsas en un 6to día de la semana [1422
(2550 AC)].
14. Pero mientras moría Iéred, lágrimas derramaban de su cara por
motivo de su gran tristeza por los hijos de Shëth, quienes habían
caído durante sus días.
15. Entonces Xanówkh, Mthuwshâ´lax, Lémekh y Nóax, estos cuatro,
lloraron por él, le embalsamaron cuidadosamente, y entonces le
recostaron en la Cueva de Tesoros. Entonces ellos se levantaron y
lamentaron por él cuarenta días.
16. Y cuando estos días de luto se acabaron, Xanówkh, Mthuwshâ´lax,
Lémekh y Nóax se quedaron en tristeza de corazón, porque su padre se
había ido de ellos, y ellos no le vieron más.
Capítulo 22
Solo quedan tres hombres justos en el mundo. Las condiciones malvadas
de los hombres antes del Diluvio.
1. Pero Xanówkh guardó el mandamiento de Iéred su padre, y
continuó sirviendo en la cueva.
2. Es este Xanówkh a quien muchas maravillas sucedieron, y quien
también escribió un libro celebrado, pero esas maravillas no se
contarán en este sitio.
3. Entonces luego de esto, los hijos de Shëth se desviaron y
cayeron, ellos, sus hijos y sus mujeres. Y cuando Xanówkh,
Mthuwshâ´lax, Lémekh y Nóax les veían, sus corazones sufrían por
motivo de su caída en duda, llenos de incredulidad; y ellos lloraban y
buscaban misericordia de Iâjuéh, para preservarles a ellos, y para
traerles fuera de esa generación malvada.
4. Xanówkh siguió en su servicio ante Iâjuéh trescientos ochenta
y cinco años, y al final de ese tiempo él se volvió consciente
mediante el favor de Iâjuéh, que Iâjuéh tenía la intención de
removerle a él de la tierra.
5. Él entonces le dijo a su hijo,
"O mi hijo, yo sé que Iâjuéh tiene intención de traer las aguas del
Diluvio sobre la tierra, y destruir nuestra creación.
6. Y ustedes son los últimos gobernadores sobre este pueblo
sobre esta montana; porque yo sé que ninguno les quedará de ustedes
para engendrar hijos sobre esta pura montaña; Ni gobernará ninguno de
ustedes sobre los hijos de este pueblo; ni quedará de ustedes ningún
gran grupo, sobre esta montaña."
7. Xanówkh también les dijo a ellos,
"Velen por sus almas (vidas), y aguántense firmes en vuestro temor de
Iâjuéh y en vuestro servicio a Él, y adórenle a Él en confianza recta,
y sírvanle a Él en justicia, inocencia y juicio, en arrepentimiento y
también en pureza."
8. Cuando Xanówkh había terminado sus mandamientos a ellos,
Iâjuéh le transportó a él desde esa montaña a la tierra de la vida, a
las mansiones de los justos y de los escogidos: a la vivienda de
Pardë´ç (Arboleda-parque) de alegría, en Luz que alcanza arriba al
cielo; Luz que está afuera de la luz de este mundo; porque es la Luz
de Iâjuéh, que llena el mundo entero, pero cual ningún lugar Lo puede
contener.
9. Así, porque Xanówkh estaba en la Luz de Iâjuéh, él se
encontró a si mismo fuera del alcance de la muerte hasta que Iâjuéh le
dejara morir.
10. Todo junto, ninguno de nuestros padres o de sus hijos, quedó
sobre esa pura montaña[E1], excepto esos tres, Mthuwshâ´lax, Lémekh, y
Nóax. Porque todo el resto bajaron de la montaña y cayeron en pecado
con los hijos de Qáyin. Por eso ellos fueron prohibidos esa montaña, y
ninguno quedó sobre ella excepto esos tres hombres.
[E1]Según varias escrituras, es muy posible que esta pura montaña se
refiere al Monte Tsillówn, la cual también se llamó Monte
MowriyIâ´ju, y sobre cual Iâjuwshúa` Se transfiguró, y sobre la cual
vivía Nóax y recibió a 'Avrâhâ´m, porque él vivía con Shëm su hijo,
quien fue Malkiy-Tsétheq, el rey de Shâlë´m. Además en este libro
dice que ahí se trabajará la salvación. Monte Tsillówn se llama a
menudo Su pura montaña. Considerando que las almas quienes se
murieron por la Palabra de Iâjuéh debajo del altar del Templo en esa
montaña exclaman al quinto sello, y están en el Pardë´ç, que es el
jardín de `Ë´then, esto va aún más lejos para demostrar que la tierra
de `Ë´then estaba ahí en Iruwshâláim.
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